Navegando Mi Nueva Realidad: día 2

Mayo 16 2020

Los capítulos 3-4 registran los muchos nombres de las personas que trabajaron en el muro de Jerusalén y los detalles de construcción. También se nos dice que los extranjeros en la tierra estaban muy enojados porque los judíos estaban reconstruyendo el muro y se opusieron firmemente a ellos. Una ciudad sin muro era una ciudad sin seguridad y era vulnerable a cualquier enemigo.

Las personas que construyeron el muro provenían de diferentes sectores, desde sacerdotes hasta perfumistas y funcionarios públicos. Trabajaron uno al lado del otro para lograr el trabajo que Dios les había propuesto. Y mientras trabajaban, otros se burlaban, se oponían al trabajo y querían verlos fracasar.

Pero Nehemías mantuvo a la gente enfocada en el proyecto. Esto era muy importante y crucial. Los desafió a no tener miedo de quienes se les oponían. Él les dijo: “¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares” (Neh. 4: 14)

Nehemías 3 y 4

Reparto del trabajo de reedificación

 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri.

Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.

Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana.

E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.

La puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y cerrojos.

Junto a ellos restauró Melatías gabaonita, y Jadón meronotita, varones de Gabaón y de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro lado del río.

Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro ancho.

Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén.

10 Asimismo restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Harumaf; y junto a él restauró Hatús hijo de Hasabnías.

11 Malquías hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat-moab restauraron otro tramo, y la torre de los Hornos.

12 Junto a ellos restauró Salum hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén, él con sus hijas.

13 La puerta del Valle la restauró Hanún con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos del muro, hasta la puerta del Muladar.

14 Reedificó la puerta del Muladar Malquías hijo de Recab, gobernador de la provincia de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos.

15 Salum hijo de Colhoze, gobernador de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de David.

16 Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, gobernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la casa de los Valientes.

17 Tras él restauraron los levitas; Rehum hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de la mitad de la región de Keila, por su región.

18 Después de él restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador de la mitad de la región de Keila.

19 Junto a él restauró Ezer hijo de Jesúa, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la subida de la armería de la esquina.

20 Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote.

21 Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de Eliasib.

22 Después de él restauraron los sacerdotes, los varones de la llanura.

23 Después de ellos restauraron Benjamín y Hasub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa.

24 Después de él restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina.

25 Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después de él, Pedaías hijo de Faros.

26 Y los sirvientes del templo que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía.

27 Después de ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran torre que sobresale, hasta el muro de Ofel.

28 Desde la puerta de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfrente de su casa.

29 Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer, enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de Secanías, guarda de la puerta Oriental.

30 Tras él, Hananías hijo de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, enfrente de su cámara.

31 Después de él restauró Malquías hijo del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala de la esquina.

32 Y entre la sala de la esquina y la puerta de las Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.

Precauciones contra los enemigos

 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.

Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?

Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará.

Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo en la tierra de su cautiverio.

No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban.

Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.

Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho;

y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.

Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

10 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.

11 Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.

12 Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.

13 Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos.

14 Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.

15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea.

16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá.

17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.

18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí.

19 Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.

20 En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.

21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.

22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.

23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Como seguidores de Cristo, también tenemos una obra divina que hacer cuando Jesús construye su iglesia a través de nosotros. Se nos opone la gente, la cultura y Satanás. Pero todos tenemos un trabajo para hacer, y trabajamos hombro a hombro, como el cuerpo de Cristo. Es increíble pensar que somos “un pueblo elegido y un sacerdocio real, una nación santa”, y pertenecemos a Dios para que proclamemos las obras maravillosas de nuestro Señor, que nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable “(1 Pedro 2: 9). Eres parte de la posesión especial de Dios, y tienes una asignación especial. ¿Cuál es esa tarea tan importante que Dios te ha encargado para llevar a cabo? ¡No te detengas, no te desanimes, cobra ánimo y prosigue con tu trabajo!

Mayo 16 2020

RITMO: día 21

10 de mayo de 2020

Este salmo es un recordatorio importante de algunas verdades claves. Nos recuerda que, cuando hacemos memoria de las diversas formas en que Dios se ha movido a nuestro favor en el pasado para darnos libertad y salvación, ¡podemos tener la confianza de que hará lo mismo por nosotros ahora y en el futuro! ¡Su gracia y favor hacia nosotros en el pasado nos garantizan Su bondad y Su amor hacia nosotros en el presente y en el futuro!

Recordemos el Salmo 23:6 “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,”

David recordó cómo Dios lo había salvado antes y expresó su confianza en él para hacerlo nuevamente. Si Dios se tomó la molestia de hacer eso por nosotros en el pasado, ¡no nos va a abandonar ahora!

Otra verdad que nos recuerda este salmo es la siguiente: cuando vemos y experimentamos la misericordia, la gracia y la salvación que Dios ha derramado sobre nosotros, ¡se lo contamos a los demás! ¡El SEÑOR se había movido en favor de David, y no podía callarlo, tenía que darlo a conocer a los demás!

Medita ahora en el salmo 40:5 “Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho.

No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas,

serían más de lo que puedo contar.”

Alguien necesita escuchar acerca de las maravillas del Señor, acerca de Su amor, fidelidad y misericordia para con sus hijos. Tu y yo las hemos visto, hemos disfrutado de ese amor incondicional, entonces nosotros estamos llamados a hablar de ellas. Piensa en alguien hoy y no calles.

Salmos 40

Alabanza por la liberación divina
(Sal. 70.1-5)
Al músico principal. Salmo de David.

1 Pacientemente esperé a Jehová,
    Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.

Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.

Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.

He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.

10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.

14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean;

15 Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: !!Ea, ea!

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.

17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

¡Padre celestial, te agradezco y te alabo porque escuchas nuestras suplicas! ¡Me has rescatado, restaurado, redimido y renovado a través de tu Hijo Jesucristo, y no puedo contenerlo! Eres Santo y glorioso más allá de toda comprensión e imaginación; ¡ayúdame a ser fiel para proclamar tus maravillas ante los demás! ¡Diré todo lo que has hecho por mí y seré testigo de tu amor y fidelidad! Gracias por la promesa de tu misericordia, porque la necesito todos los días. Ayúdame a confiar continuamente en ti solo y a descansar en el hecho de que piensas en mí a pesar de mis flaquezas, de mis errores, de mi pecado. ¡Eres mi ayuda y mi libertador! En el nombre de Jesús, amén.

RITMO: día 20

9 de mayo de 2020

El Salmo 38 es un salmo de confesión, arrepentimiento y petición. ¡David describe la tristeza, el dolor y el sufrimiento que está experimentando como resultado de sus pecados. Ha sido abatido por la convicción sobre sus iniquidades, y sus enemigos quieren aprovecharse de ese momento.

A pesar de su sufrimiento y tristeza, David continúa depositando su esperanza y confianza en el Señor, seguro de que Él lo salvará de sus enemigos. Él confiesa su pecado y se aleja de él en arrepentimiento (v.18), y luego clama al Señor por su liberación de aquellos que buscan su caída.

¡Este salmo demostró que, incluso en medio de nuestra propia propensión al pecado y a no alcanzar la gloria de Dios, no estamos fuera del alcance de la gracia y la compasión del Padre! ¡David conocía bien las riquezas en misericordia de Dios, y por eso fue capaz de clamarle perdón y liberación a pesar del peso de la convicción que sentía! Podemos hacer lo mismo hoy.

Salmos 38

Oración de un penitente
Salmo de David, para recordar.

1 Jehová, no me reprendas en tu furor,
    Ni me castigues en tu ira.

Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.

Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.

Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.

Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.

Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.

Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.

10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.

11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
Y mis cercanos se han alejado.

12 Los que buscan mi vida arman lazos,
Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
Y meditan fraudes todo el día.

13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la boca.

14 Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya boca no hay reprensiones.

15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.

16 Dije: No se alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.

17 Pero yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes,
Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.

20 Los que pagan mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.

21 No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.

22 Apresúrate a ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

Padre celestial, gracias por perdonar mis iniquidades y arrojarlas a lo profundo del mar y no acordarte mas de ellas. Gracias porque a través de tu Hijo Jesucristo tú me rescatas y me redimes.  Hoy yo oro, para que, como David, me lleves a una convicción profundamente arraigada cada vez que peco contra ti, ¡y que tu convicción me lleve a un arrepentimiento y restauración rápidos! Ayúdame a no huir de ti cuando me rebele, escondiéndome con miedo y vergüenza, sino a correr hacia ti en busca de tu gracia, sabiendo que encontraré tu compasión. En el nombre de Jesús, amén.

RITMO: día 19

8 de mayo de 2020

Muchos salmos empiezan con una descripción de la crisis del salmista. Sin embargo, el Salmo 36, comienza reconociendo todo lo que Dios significa para sus hijos. Buscan la ayuda de Dios en tiempos difíciles y la encuentran. La experiencia del pasado lleva al salmista a reconocer que:

· Dios mismo es un lugar de refugio

· Solo Dios es amparo y fortaleza para su pueblo

· Dios mismo es ayuda, no desde la distancia, sino una ayuda presente

V.1 “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.”

Es aquí donde el salmista aplica la lógica de la fe. Si Dios es un verdadero refugio, fortaleza y ayuda para su pueblo, no hay razón lógica para temer, incluso en la crisis más grande. Luego, el salmista nombra fenómenos naturales aterradores: “aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes” Dios es más grande que todos ellos, por eso ¡no temeremos!

Finalmente, hay una cosa más que debemos hacer y lo pide el Señor: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios” La idea no es paralizarnos y permanecer en un solo lugar. El sentido es más detener el argumento y la oposición, para esperar en paz y en completa dependencia de Dios.

Salmos 36

La misericordia de Dios
Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová.

1 La iniquidad del impío me dice al corazón:
    No hay temor de Dios delante de sus ojos.

Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos,
De que su iniquidad no será hallada y aborrecida.

Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.

Medita maldad sobre su cama;
Está en camino no bueno,
El mal no aborrece.

Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia,
Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.

Tu justicia es como los montes de Dios,
Tus juicios, abismo grande.
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

!!Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.

Serán completamente saciados de la grosura de tu casa,
Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.

Porque contigo está el manantial de la vida;
En tu luz veremos la luz.

10 Extiende tu misericordia a los que te conocen,
Y tu justicia a los rectos de corazón.

11 No venga pie de soberbia contra mí,
Y mano de impíos no me mueva.

12 Allí cayeron los hacedores de iniquidad;
Fueron derribados, y no podrán levantarse.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

Gracias Padre por ser mi amparo y mi fortaleza. Gracias por estar conmigo y ser mi refugio al cual siempre puedo correr. Fortalece mi corazón porque, aunque la tierra tiemble, quiero confiar solo en ti.  No permitas que caiga en angustia, en miedo o desesperación. Ayúdame a permanecer en completa paz y ser consciente de Tu presencia en mi vida. En el nombre de tu Hijo Jesucristo, amén.

RITMO: día 18

7 de mayo de 2020

Los antecedentes de este salmo se encuentran en 1 Sam. 21-22. Celosamente, el rey Saúl persiguió a David y amenazó su vida, forzándolo a vivir a la fuga. En uno de los momentos más solitarios de su vida, David buscó refugio con los filisteos. Cuando se dieron cuenta de quién era, fingió locura para protegerse.

Decir “bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán” puede salir fácilmente en el día de la prosperidad. Pero David cantó su canción en la noche de la adversidad. Cuando el pueblo de Dios tiene miedo, debe alabar. Cuando está lleno de pánico, es hora de adorar. Cuando la preocupación abruma, ha llegado el momento de exaltar Su nombre.

Esta es precisamente la mayor invitación de este Salmo, una invitación para que todos nos unamos en alabanza y acción de gracias sin importar nuestras circunstancias. Charles Spurgeon escribió en referencia a este texto: “El que alaba a Dios por Sus Misericordias nunca carecerá de misericordia que alabar. El bendecir al Señor es siempre oportuno; no hay circunstancias más apropiadas que otras”

El versículo 17 dice: ” Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias”. Eleva hoy tu clamor a él y llena tu boca de alabanza. ¡El Señor te escuchará y te librará!

Salmos 34

1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.

En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.

Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.

Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.

Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.

Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.

Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.

Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.

10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

11 Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.

12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.

15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16 La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17 Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.

19 Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.

20 El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.

21 Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados.

22 Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

¡Gracias Señor porque sé que tus ojos me ven y tus oídos están atentos a mis oraciones! Padre, gracias porque puedo dar testimonio de cuán bueno tu eres.  En los momentos de alegría, has estado conmigo. En los momentos de gran desafío, tu mano me ha sostenido, en medio de mis miedos, tu Espíritu me ha dado paz. ¡Te alabaré mi Dios y mi Rey, y bendeciré tu Nombre mientras viva, mientras haya aliento en mí, todo mi ser te exaltará!

RITMO: día 17

6 de mayo de 2020

Imagina. Hubo un momento en el que el sol salió a la luz por primera vez. Un momento en que la primera brizna de hierba emergió a través de la piel de una tierra nueva. Un momento en que el pájaro aprendió su canción por primera vez y los animales dieron los primeros pasos. Un momento en que el cielo nocturno apareció por primera vez en su grandeza y la celda más pequeña demostró por primera vez su intrincado diseño.

Antes de todo esto, Dios era. Él habló y todo se hizo. Respiró y comenzó la vida.

El salmista nos recuerda aquí que nuestra salvación no está en reyes, ejércitos o poder militar, sino solo en Dios, el Creador de todo. Entonces, ¡que sea tu ayuda y escudo! Y si Dios nos ha elegido en Cristo para ser su pueblo, ¿cómo no podemos regocijarnos? ¿Cómo no podemos dar gracias? ¿Cómo no podemos cantar y gritar de alegría?

¡Lee este salmo con un corazón rebosante de gratitud y gozo! Nuestro Dios es más grande que cualquier pandemia, y nuestra esperanza está en Él. ¡Recuerda lo grandioso que es y cuánto te ama!

Salmos 33

Alabanzas al Creador y Preservador

1 Alegraos, oh justos, en Jehová;
    En los íntegros es hermosa la alabanza.

Aclamad a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio.

Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con júbilo.

Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra es hecha con fidelidad.

El ama justicia y juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la tierra.

Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.

El junta como montón las aguas del mar;
El pone en depósitos los abismos.

Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo.

Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió.

10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.

11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.

12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová,
El pueblo que él escogió como heredad para sí.

13 Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los hijos de los hombres;

14 Desde el lugar de su morada miró
Sobre todos los moradores de la tierra.

15 El formó el corazón de todos ellos;
Atento está a todas sus obras.

16 El rey no se salva por la multitud del ejército,
Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.

17 Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.

18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,

19 Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre.

20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.

21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.

22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti.

La protección divina
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de

Abimelec, y él lo echó, y se fue.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Te animo a que en este día personalices y ores los últimos tres versículos del salmo 33 (v.20-11)

Oración

Mi Dios, espero confiado en ti; porque tú eres mi socorro y mi escudo. En ti se regocija mi corazón, porque confío en tu santo nombre. Que tu gran amor, Señor, me acompañe, tal como lo espero de ti. En el nombre mi salvador Jesucristo, amén.

RITMO: día 16

5 de mayo de 2020

El Salmo 32 describe la bendición del perdón como ningún otro lo hace. Este es el tema especialmente de los primeros cinco versículos, que incluyen la felicidad del hombre perdonado (versículos 1-2), los efectos físicos y psicológicos del pecado no confesado (versículos 3-4) y la confesión honesta y sin reserva para obtener el perdón de Dios (versículo 5). Sobre esta base, David puede experimentar la oración (versículos 6-7), la instrucción Divina (versículos 8-9) y el testimonio personal (versículos 10-11).

¿Alguna vez has sentido el peso del pecado no confesado? ¿Alguna vez has tenido culpa y vergüenza porque no querías que nadie supiera tus faltas?

Si es así, puedes entender el peso y el cansancio que David describe en este Salmo, y el contraste de la bendición que viene con una confesión. Por la sangre de Jesús, nuestros pecados son perdonados, nuestras iniquidades cubiertas, nuestras faltas borradas. ¡Aquel a quien hemos perjudicado se convierte en nuestro refugio y escondite!

¿Hay algo que tengas que confesar al Señor? Que este Salmo sea tu guía hoy para descargar tu corazón ante Dios y encontrar su perdón y su paz. Corre a los brazos del Padre mientras lees este salmo. ¡Acepta su perdón, responde a sus instrucciones y regocíjate!

“Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema,

o una novia adornada con sus joyas.” Isaías 61:10 (NVI)

Salmos 32

La dicha del perdón
Salmo de David. Masquil.

1  Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.

Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,
Y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos
En mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;
Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él.

Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
Con cánticos de liberación me rodearás. Selah

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;
Sobre ti fijaré mis ojos.

No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti.

10 Muchos dolores habrá para el impío;
Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.

11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;
Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

Padre, confieso que he pecado. Me arrepiento de todas mis iniquidades y transgresiones. Sé que he entristecido tu corazón y que mi pecado me ha alejado de ti. No quiero cargar más con esta culpabilidad. No quiero tener más esta vergüenza. No quiero avergonzarte más. Perdóname; dame sabiduría y fuerza para caminar en tus caminos. ¡Quiero vivir en el gozo y la paz que trae tu perdón! En el nombre de Jesús, amén.

RITMO: día 15

4 de mayo de 2020

El Salmo 30 nos recuerda no solo la grandeza de Dios, sino que Él es nuestra ayuda en tiempos de necesidad. David mira hacia atrás y encuentra la fidelidad Dios en el pasado y sabe que en su presente de angustia y temor la fidelidad del Señor no se acabará.  ¡Esto lo llena de gratitud y alabanza!

Dios es nuestro sanador y nuestra esperanza cuando estamos deprimidos o desesperados. Solo Él “convierte nuestro lamento en danza; quita nuestra la ropa de luto y nos viste de fiesta”

Él es quien perdona nuestras iniquidades, su ira solo dura un momento, pero ¡su bondad y perdón duran toda la vida! Por eso, podemos venir ante nuestro amoroso Padre, con corazón humilde y arrepentido, seguros de que nunca nos rechazará.

Salmos 30

Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.

1 Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
    Y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.

Jehová Dios mío,
A ti clamé, y me sanaste.

Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.

Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
Y celebrad la memoria de su santidad.

Porque un momento será su ira,
Pero su favor dura toda la vida.
Por la noche durará el lloro,
Y a la mañana vendrá la alegría.

En mi prosperidad dije yo:
No seré jamás conmovido,

Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.
Escondiste tu rostro, fui turbado.

A ti, oh Jehová, clamaré,
Y al Señor suplicaré.

¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?

10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.

11 Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.

12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

¡Padre celestial, tú has sido tan fiel y me has librado una y otra vez de mis mayores temores! Cuando te he pedido ayuda, me has rescatado y me has sanado. Cuando confesé mi pecado, fuiste fiel en perdonarme, y tu ira no duró para siempre. Tu esperanza y alegría son mías para toda la vida. Que mi voz se una a la multitud de santos que continuamente alaban Tu nombre. ¡Que nunca deje de darte gracias, mi Señor! En el nombre de Cristo Jesús, amén.

RITMO: día 14

3 de mayo de 2020

¡En el Salmo 29, David exalta la absoluta grandeza y majestad de Dios! David abre el salmo con un llamado de alabanza al Señor (versículo 1-2). Luego describe el poder del Señor en una tormenta: primero sobre el mar (versículos 3-4), luego sobre el Líbano (versículos 5-6) y finalmente sobre el desierto (versículos 7-9). Los versos finales del salmo expresan apropiadamente la aplicación del poder de Dios a su pueblo (versículos 10-11).

¡Dios es descrito de maneras increíbles para provocar admiración y asombro ante su grandeza!

¡Es abrumador considerar el hecho de que los seres humanos pueden tener el privilegio de conocer y adorar a este Dios grandioso y maravilloso! Pero David también reconoce que ese Dios Todopoderoso tiene especial cuidado y gran compasión por su pueblo.  Tu y yo podemos vivir con la seguridad de que Él nos fortalecerá y nos bendecirá con Su paz perfecta.

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7 (NVI)

Salmos 29

Poder y gloria de Jehová
Salmo de David.

1 Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos,
    Dad a Jehová la gloria y el poder.

Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.

Voz de Jehová sobre las aguas;
Truena el Dios de gloria,
Jehová sobre las muchas aguas.

Voz de Jehová con potencia;
Voz de Jehová con gloria.

Voz de Jehová que quebranta los cedros;
Quebrantó Jehová los cedros del Líbano.

Los hizo saltar como becerros;
Al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos.

Voz de Jehová que derrama llamas de fuego;

Voz de Jehová que hace temblar el desierto;
Hace temblar Jehová el desierto de Cades.

Voz de Jehová que desgaja las encinas,
Y desnuda los bosques;
En su templo todo proclama su gloria.

10 Jehová preside en el diluvio,
Y se sienta Jehová como rey para siempre.

11 Jehová dará poder a su pueblo;
Jehová bendecirá a su pueblo con paz.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

Señor, solo tú eres el único Dios verdadero y vivo. Solo tu mereces toda la gloria, honra y honor. Clamo a ti porque tú eres mi Señor, el que aumenta mis fuerzas y me bendice con Su paz. Padre celestial, aumenta mi fe. Quiero buscarte con más devoción y permitir que tu Santo Espíritu me guíe, me fortalezca y me moldee más a tu imagen. En el nombre de Jesús mi Salvador, amén.

RITMO: día 13

2 de mayo de 2020

El Salmo 27 es un clamor y, en última instancia, una declaración de David reconociendo la grandeza de Dios y la confianza en la protección que Él le brinda. El salmista sabía que el cuidado del Señor había estado con el en el pasado y eso lo llevaba a concluir que, aunque malvados, enemigos, o ejércitos le asedien, el mantendría su confianza en Dios.

El anhelo del corazón del salmista era deleitarse en la presencia del Padre, porque solo ahí encontraría resguardo, ayuda y guía. David sabía que la respuesta de Dios podría no ser inmediata, pero aun así continúa afirmando su confianza en Él: “Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor…” Esta seguridad de David nos alienta para hacer lo mismo: cobra ánimo, ten valor… ¡pon tu esperanza en el Señor!

Salmos 27

Jehová es mi luz y mi salvación
Salmo de David.

1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
    Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.

Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.

Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.

Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.

Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.

Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;

No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.

10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.

11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.

12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.

13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.

14 Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Oración

Padre, hay momentos en los que siento miedo. Las circunstancias y los problemas son grandes y abrumadores; ayúdame a reconocer que estás aquí. Se que me amas y nunca me dejarás, por eso en este momento vengo a ti. En el tiempo de angustia e incertidumbre, sé que estás conmigo.  En los momentos de alegría y bienestar, sé que estás aquí. Ayúdame a recordar cada una de tus bondades para conmigo. ¡Solo tu eres mi refugio y fortaleza por eso corro a ti! Clamaré a ti y esperaré, tú me responderás y me guiaras.

En el nombre de Jesús, amén.