26 de abril de 2020

Estamos tomando 21 días como iglesia para enfocarnos en la oración. Durante este tiempo, vamos a crecer en la oración alimentándonos del libro de alabanzas del pueblo de Dios, los Salmos. Te invitamos a que leamos y meditemos en el salmo cada día y luego, en respuesta, oremos ese salmo cada uno en sus propias palabras. Al final de cada devocional encontrarás un modelo de como orar el salmo.  El propósito de este tiempo es que todos crezcamos en nuestra vida de oración y ajustemos nuestro ritmo al latir del corazón del Señor.

El Salmo 17 es una oración de David pidiendo la protección de Dios, y a la misma vez es una protesta declarando su inocencia ante lo que estaba viviendo. Aunque David sufrió bajo la pesada mano de Dios debido a un pecado no confesado en su vida, hubo otras ocasiones en las que el salmista insiste en que sus problemas actuales no son causados ​​por una falta suya. En tal caso, le pide a Dios que lo defienda.

Dios indica a través de este salmo que tiene una preocupación especial por las personas que atraviesan sufrimiento inmerecido, a pesar de que permite que surjan problemas por razones que quizás nunca se conozcan en esta vida.

La oración de David comienza con una súplica de vindicación. Al protestar por su inocencia, David espera convencer a Dios de que se mueva a su favor y lo libere de sus problemas.

En los versículos 3-5, David reconoce las pruebas de Dios. Dios conoce las necesidades de David y lo que hay en su corazón.  La oración de David lo ayuda a concentrarse en la fuente de su fuerza y ​​reafirmar su determinación de vivir una vida pura.

En los versículos 6-9, David presenta en lenguaje poético la misericordia de Dios. David le pide a Dios que muestre las maravillas de su gran amor y lo oculte a la sombra de sus alas.

David renueva su súplica por una reivindicación en los versículos 13-14. En el último versículo, David, después de haber rechazado la idea de que los placeres de esta vida se están cumpliendo, anticipa el día en que despertará en gloria y verá el rostro de Dios.

Este salmo es una protesta por la injusticia y una súplica a Dios para que prevalezca su justicia. Los hijos de Dios también podemos ser igualmente honestos en nuestra oración: ¡llevar ante el Señor nuestras preocupaciones por la injusticia y el sufrimiento, es una parte básica de la respuesta cristiana al mal y al sufrimiento!

Si experimentamos injusticia, podemos acercarnos a Dios, sabiendo que Él obrará en la situación. Como creyentes, siempre tenemos la esperanza de que un día ¡Dios quitará toda injusticia y traerá para nosotros la victoria completa!

Lea el Salmo 17, luego ore, busque la protección de Dios y sea honesto con Dios. ¡Hará una diferencia en su relación con Él y en su vida de oración!

Salmos 17

Plegaria pidiendo protección contra los opresores

Oración de David.

1 Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor.
    Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.

De tu presencia proceda mi vindicación;
Vean tus ojos la rectitud.

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche;
Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste;
He resuelto que mi boca no haga transgresión.

En cuanto a las obras humanas, por la palabra de tus labios
Yo me he guardado de las sendas de los violentos.

Sustenta mis pasos en tus caminos,
Para que mis pies no resbalen.

Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios;
Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.

Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra,
De los que se levantan contra ellos.

Guárdame como a la niña de tus ojos;
Escóndeme bajo la sombra de tus alas,

De la vista de los malos que me oprimen,
De mis enemigos que buscan mi vida.

10 Envueltos están con su grosura;
Con su boca hablan arrogantemente.

11 Han cercado ahora nuestros pasos;
Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.

12 Son como león que desea hacer presa,
Y como leoncillo que está en su escondite.

13 Levántate, oh Jehová;
Sal a su encuentro, póstrales;
Libra mi alma de los malos con tu espada,

14 De los hombres con tu mano, oh Jehová,
De los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida,
Y cuyo vientre está lleno de tu tesoro.
Sacian a sus hijos,
Y aun sobra para sus pequeñuelos.

15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

¡Padre escucha mi oración! Hay muchas cosas que no logro entender, pero sé que tus caminos son más grandes que los míos y tu conocimiento excede mi comprensión. Señor, confío en tu misericordia y gracia porque sé que tu justicia prevalecerá y que la victoria final es tuya. Señor, por favor protege a mi familia, a mi familia espiritual, a mis amigos y a mí mismo durante esta pandemia. Permítenos siempre reconocer tu gracia y misericordia. Que toda esta situación que estamos viviendo ahora, sirva para que más personas se acerquen a ti y ocurra un despertar espiritual en todo el mundo. ¡Que tu nombre sea glorificado! En el poderoso nombre de Jesús, ¡amén!

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