Jesús, el Hijo del Hombre
Autor: Jeremy Hamblen
Ezequiel 2:1
Llamamiento de Ezequiel
2 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
Daniel 7:13-14
13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. 14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
Mateo 21:23-27
La autoridad de Jesús
(Mr. 11.27-33; Lc. 20.1-8)
23 Cuando vino al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a él mientras enseñaba, y le dijeron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿y quién te dio esta autoridad? 24 Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 El bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres? Ellos entonces discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, nos dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? 26 Y si decimos, de los hombres, tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por profeta. 27 Y respondiendo a Jesús, dijeron: No sabemos. Y él también les dijo: Tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas.
Mateo 25:31-46
El juicio de las naciones
31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
Como hemos visto en los últimos dos días, los nombres y títulos de Jesús son de profunda importancia y están íntimamente ligados a su identidad. Él hizo manifiesto esta identidad por palabra y obra durante la semana previa a su muerte y resurrección. El nombre de hoy no es una excepción, pero se podría argumentar que es excepcionalmente único porque aquí nos enfocamos en el nombre que Jesús eligió para sí mismo, el que más usó durante su ministerio terrenal: El Hijo del Hombre.
Un estudio de este nombre podría (y lo hace) llenar volúmenes de investigación académica, pero espero que encuentres aquí un resumen útil, aunque abreviado, de tres conceptos claves en su auto-designación, “Hijo del Hombre”:
Humanidad
Es simplemente Jesús iluminando el lado humano de su naturaleza dual. De hecho, “Hijo del Hombre” simplemente significa “humano”, como vemos en el Antiguo Testamento, un ejemplo que encontramos a lo largo de Ezequiel (Ezequiel 2:1).
Divinidad
Subraya la divinidad y autoridad de Jesús mediante la alineación con Daniel 7:13-14, mostrando su autoridad eterna y papel como juez divino sobre todos los reyes y reinos, una verdad enfatizada además en Marcos 2:10 (perdona pecados) y Mateo 25:31-46 (juez final). Este título trasciende la humanidad y afirma a Jesús como el cumplimiento de la profecía mesiánica.
Mediador
Jesús es el eslabón crucial entre el cielo y la tierra, un papel aludido en Su conversación con Natanael haciendo referencia a la Escalera de Jacob (Juan 1:51; Génesis 28:12). No solo el Hijo del Hombre es humano y divino, sino que es el vínculo que los une.
Entonces, ¿dónde vemos al Hijo del Hombre revelado en el pasaje de hoy? ¡Bueno, hay muchos momentos donde lo podemos encontrar! El martes fue un día ocupado para Jesús. Documentado en 211 versículos en casi cinco capítulos, el tercer día de la Semana Santa representa el 20% de todo el Evangelio de Mateo. Desde que enseñó en el templo y mostró su autoridad ante un grupo cambiante de líderes religiosos y civiles astutos, hasta que predijo lo que sucedería en el futuro mientras estaba en el Monte de los Olivos, estos capítulos densos marcan el final de su ministerio público mientras quienes planeaban matarlo ultimaban sus planes. Jesús no mostró desgano en su último día de trabajo.
Vemos su humanidad principalmente reflejada en su apariencia física y acciones, pero también de manera más específica en su participación en la enseñanza (Mateo 21:23-27, 22:15-46), en la intensidad emocional de su lamento por Israel (Mateo 23:37-39), y de forma implícita en el complot para matarlo, que fue un intento de despojarlo de su humanidad (Mateo 26:3-4).
Vemos su divinidad exhibida en sus enseñanzas y parábolas autoritarias (Mateo 21:23-22:14), su sabiduría al enfrentarse a líderes religiosos (Mateo 22:15-46), y sus percepciones proféticas del Sermón del Monte de los Olivos (Mateo 24-25). Él es la autoridad divina, el juez, y el cumplimiento de las profecías mesiánicas.
Lo vemos mostrado como mediador en sus discusiones sobre el mayor mandamiento, conectando la ley de Dios y la acción humana (Mateo 22:34-40); su lamento profético por Jerusalén, expresando el deseo de reunir a su pueblo como una gallina reúne a sus polluelos (Mateo 23:37-39); y en su pregunta a los fariseos sobre de quién es hijo el Cristo (Mateo 22:41-45). ¡Dondequiera que veamos la intersección de Dios y el hombre, allí vemos a Cristo!
Entendemos que lo que Jesús dice es importante, pero recordemos que Jesús es la Palabra, y fue por medio de la Palabra que se formó la creación. Así que, cuando Dios encarnado elige palabras para revelarse a nosotros, palabras tan únicas que nadie más en el Nuevo Testamento las usa directamente, deberíamos disfrutarlas. El Hijo del Hombre encarnado—totalmente humano (él nos conoce), totalmente Dios (él provee para nosotros)—y el mediador perfecto entre ambos reinos (él está por nosotros). ¡Qué alegría es conocer a nuestro Señor en sus propios términos!
La idea de que Jesús aceptó completamente ser humano y divino nos recuerda lo cercano que está de nosotros. El hecho de que Él escogiera este título para representar ambos aspectos, nos debería llevar a pensar: ¿Cómo cambia nuestra conversación con él el saber que Dios realmente entiende lo que vivimos? Esto es algo que tendría que influenciar nuestras oraciones y cómo expresamos nuestra fe.
Solo puedo decir gracias Señor por mostrarte humilde y divino! Por darme la confianza como hombre que entiendes sobre el dolor y sobre las alegrías, entiendes como me siento cuando con lágrimas vengo delante de tu trono y en tu divinidad me abrazas y me confortas! ¡Eres el vínculo perfecto, el eslabón que nunca se rompe!¡Aleluya!
Jesús, el Hijo del Hombre, quien une el cielo con la tierra, nuestro mediador. Jesús es TODO para nosotros.
Nuestro Dios es un Dios pereonal. Como buen Padre, Amigo, Consejero, Protector y Proveedor quiere que nuestra vida descance en Sus promesas. Él es Santo y quiere compartir Su santidad con todos nosotros si se lo permitimos.
Excelente devocional! El Señor Jesucristo es el centro de lo que existe!, por Él y para Él fuere creado todo! Su nombre sea glorificado en cada una de nuestras vidas, nuestras familias y en Champion Forest!! A Él le servimos!!
Cada vez qué recordemos que Dios padre envió a su unigénito hijo para sacrificio de nuestros pecados nos regocijamos y damos toda la honra al que vive para siempre
Cuán gran y perfecto amor!!! Jesús vuelve a restablecer la relación que se perdió en el edén a causa de la caída. ¡En Él tenemos comunión nuevamente con Dios! ¡Gracias Jesús!
Si de verdad entendemos que la ‘naturaleza humana’ de Jesús nos entiende y comprende, entonces deberíamos atrevernos a hablarle como le hablamos a un amigo íntimo. El amigo que no va a juzgarnos sino a ayudarnos a entender mejor nuestras necesidades, pero sobre todo a entender Su Propósito para nuestras vidas.