Devocional por Stephanie Chase

Hechos 24

Defensa de Pablo ante Félix

24 Cinco días después, descendió el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un cierto orador llamado Tértulo, y comparecieron ante el gobernador contra Pablo. Y cuando este fue llamado, Tértulo comenzó a acusarle, diciendo:

Como debido a ti gozamos de gran paz, y muchas cosas son bien gobernadas en el pueblo por tu prudencia, oh excelentísimo Félix, lo recibimos en todo tiempo y en todo lugar con toda gratitud. Pero por no molestarte más largamente, te ruego que nos oigas brevemente conforme a tu equidad. Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos. Intentó también profanar el templo; y prendiéndole, quisimos juzgarle conforme a nuestra ley. Pero interviniendo el tribuno Lisias, con gran violencia le quitó de nuestras manos, mandando a sus acusadores que viniesen a ti. Tú mismo, pues, al juzgarle, podrás informarte de todas estas cosas de que le acusamos.

Los judíos también confirmaban, diciendo ser así todo.

10 Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, este respondió:

Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi defensa. 11 Como tú puedes cerciorarte, no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén; 12 y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; 13 ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. 14 Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; 15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos. 16 Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres. 17 Pero pasados algunos años, vine a hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas. 18 Estaba en ello, cuando unos judíos de Asia me hallaron purificado en el templo, no con multitud ni con alboroto. 19 Ellos debieran comparecer ante ti y acusarme, si contra mí tienen algo. 20 O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando comparecí ante el concilio, 21 a no ser que estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy juzgado hoy por vosotros.

22 Entonces Félix, oídas estas cosas, estando bien informado de este Camino, les aplazó, diciendo: Cuando descendiere el tribuno Lisias, acabaré de conocer de vuestro asunto. 23 Y mandó al centurión que se custodiase a Pablo, pero que se le concediese alguna libertad, y que no impidiese a ninguno de los suyos servirle o venir a él.

24 Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer, que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré. 26 Esperaba también con esto, que Pablo le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y hablaba con él. 27 Pero al cabo de dos años recibió Félix por sucesor a Porcio Festo; y queriendo Félix congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.orgunitedbiblesocieties.orgvivelabiblia.comunitedbiblesocieties.org/es/casa/www.rvr60.bible

Imagínese 40 hombres enojados dispuestos a matarle. Han jurado no comer ni beber hasta que esté muerto porque un grupo de personas religiosas hicieron acusaciones falsas contra usted.

 En medio de la noche, 200 soldados, cientos de lanceros y caballos aparecen en su puerta para llevarle a un lugar seguro. Al llevarlo ante el gobernador, se espera que presente su caso contra las mentiras de los religiosos.

 El gobernador asiente con la cabeza. Es hora de su confesión. ¿Qué diría?

En Hechos 24:14-16, Pablo se presenta ante Félix, gobernador de Roma, y confiesa su convicción más profunda.

• Adoro al Dios de nuestros padres.

• Creo todo lo escrito en la ley y los profetas.

• Tengo la esperanza en Dios de que habrá una resurrección para los justos y los injustos.

¿Qué pasa con usted? Frente a sus vecinos. ¿Delante de sus compañeros de trabajo, con sus amigos en la escuela o ante su familia?

• ¿Es su vida un acto de adoración a Dios?

• ¿Vive la palabra de Dios porque realmente la cree?

• ¿Está toda su esperanza en Dios porque confía en la resurrección de Jesús?

Jesús lo hizo. Los líderes religiosos lo acusaron falsamente. Satanás tenía la misión de destruirlo. Ante un gobernador y en una cruz, Jesús hizo su confesión. Adoró a Su Padre Celestial en obediencia al morir para salvarle a usted. No sólo tenía esperanza en Dios para la resurrección, sino que Él era la resurrección y está vivo hoy.

¿Vive una vida de adoración al Señor creyendo firmemente en Su Palabra y en Su resurrección?

5 thoughts on “Día Veinticuatro | El Libro de Hechos

  1. Jesús fue claro en Mateo 23:15. La religiosidad no te lleva a la Salvación sino una comunión diaria por medio de la oración y La Palabra. Eso nos lleva a adorarlo a Él en todo momento, lugar y circunstancia.

  2. Nuestra vida de adoración tiene que reflejar que tenemos una relación con nuestro Señor Jesús.

  3. En momentos de dificultad es importante recordar que Cristo ha resucitado, eso significa que podemos estar seguros de que Él está en control de todo y esa verdad nos ayuda a mantenernos firmes en Sus promesas, firmes en Su palabra. Dios con nosotros.

  4. Estar seguros en lo creemos , eso reflejará en nuestro diario vivir y actuar que El Señor vino para salvar a todo aquel que crea que resucitó El vive y puede vivir en todo aquel que crea en El.

  5. Nuestro diario actuar y caminar con la presencia de nuestro señor, nos da la confianza y creencia de seguir en la batalla diaria ante Las adversidades a travès de la oraciòn

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