Devocional por Lauren Lee

Hechos 17

El alboroto en Tesalónica

17 Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; a los cuales Jasón ha recibido; y todos estos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.

Pablo y Silas en Berea

10 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12 Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13 Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. 14 Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15 Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron.

Pablo en Atenas

16 Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. 17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. 19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)

22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33 Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34 Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.orgunitedbiblesocieties.orgvivelabiblia.comunitedbiblesocieties.org/es/casa/www.rvr60.bible

En la lectura de hoy, vemos a Pablo y Silas compartir el evangelio con diferentes grupos étnicos. Una observación es que la gente responderá de diferentes maneras al mensaje de Jesús. Leemos aquí que los judíos en Berea respondieron con “entusiasmo” y los intelectuales en Atenas respondieron con espíritu de investigación. Sin embargo, algunos de los judíos de Tesalónica tuvieron una respuesta agresiva.

A causa de sus celos, “formaron una turba, alborotaron la ciudad y atacaron” (v. 5). Afirmaron que los discípulos “pusieron al mundo patas arriba” con su mensaje. ¡Qué testimonio! El ataque de estos hombres era realmente un cumplido. Aseguraban que los cristianos estaban impactado radicalmente al mundo y que las cosas ahora eran diferentes debido a ellos. Exactamente eso es lo que hizo la resurrección de Jesús. Este hecho lo cambió todo, y ahora, al igual que Pablo y Silas, usted y yo podemos impactar al mundo con esta buena noticia.

Hacemos esto cuando amamos, hablamos y enseñamos a las personas acerca de la existencia y el carácter de Dios. Pablo le dice al pueblo de Atenas, que adoraba a un “DIOS DESCONOCIDO”, que este Dios en realidad es conocido, ¡y su nombre es Jesús! Él es quien nos da la vida. Ellos solo necesitaban que alguien les hablara de Él.

 Unámonos a Pablo y Silas con una fe radical que pone al mundo patas arriba. Y, si enfrentamos oposición o persecución, como les sucedió a ellos, cobremos ánimo porque Jesús nos advirtió de esto. “Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes me aborreció a mí” (Juan 15:18)

 ¿Cuál es una forma práctica en la que usted podría impactar al mundo y extender el Reino?

3 thoughts on “Día Diecisiete | El Libro de Hechos

  1. Preparando líderes para que cumplan con la gran comisión Discipulando, bautizando y amando la comunidad fortaleceremos la Iglesia de Cristo.

  2. Hablando de Cristo y con nuestro testimonio de palabra y de hecho Está es una manera de que las personas le conozcan a Él .Amén

  3. En el ambiente ’natural’ de las personas siempre será un reto ‘entender’ el Evangelio de Cristo Jesús como lo revela 1 Cor 2:14. Por eso necesitamos que nuestro testimonio y carácter ‘revelen’ a ese DIOS DESCONOCIDO cuando hablemos con personas ‘difíciles’ y sabemos que el Espíritu Santo lo puede lograr en ellos.

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