Devocional por Isabel Garza
Hechos 15
El concilio en Jerusalén
15 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. 3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. 4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16 Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar,
17 Para que el resto de los hombres busque al Señor,
Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.
19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. 33 Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. 34 Mas a Silas le pareció bien el quedarse allí. 35 Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos.
Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje misionero
36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
Hechos 15 nos guía a través del Concilio de Jerusalén, una reunión crucial en la iglesia cristiana primitiva. Este capítulo se desarrolla con discusiones entre apóstoles y líderes, incluidos testimonios de Pablo y Bernabé sobre sus experiencias con los gentiles recién convertidos. El concilio, dirigido por Santiago, decidió que los gentiles no deberían estar cargados con las leyes judías y enfatizó la salvación por medio de la fe. Los líderes enviaron una carta para los gentiles en las iglesias, dándoles unos alineamientos prácticos y dejándoles claro el mensaje principal: La salvación es solo por la fe. Efesios 2:8-9 nos recuerda precisamente eso: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y no por obras, para que nadie se gloríe”.
Mostrar gracia a los demás es fundamental para fomentar relaciones positivas y compasivas. La gracia implica brindar bondad, perdón y comprensión, incluso cuando nos enfrentamos a defectos o errores. Podemos mostrar gracia a los demás por el Espíritu que vive dentro de nosotros.
Cuando mostramos gracia, creamos un ambiente donde las personas se sienten aceptadas y valoradas, a pesar de sus fallas. Esta simple acción coloca a Jesús en el centro de nuestra hospitalidad y nos permite amar a los demás como él nos llama a hacerlo.
¿Cómo podemos comenzar este nuevo año mostrando gracia a quienes nos rodean, ya sea en la iglesia, en el supermercado o en nuestros hogares?
Sirviendo con amabilidad con si fuera a Cristo el que estamos sirviendo.
Haciendo todo con amor, como si fuera para el señor
Reflejar la gracia de nuestro Señor Jesucristo a los demás siendo amables , ayudandoles a escuchar sus preocupaciones, hacerles sentir el amor de Dios que esta con nosotros y con ellos. Y que Dios esta en el centro de cualquier situacion y por su gracia saldremos con victoria.
Para El Señor no hay acepción de personas por lo tanto mostremos el Amor del Señor a las personas que El pone delante de nosotros seamos amables y que nuestra vida refleje a Cristo.
Como iglesia es importante ayudar a entender los conceptos básicos doctrinales a aquellos que están comenzando en la fe. Una sana doctrina no se basa en rituales sino en obediencia siguiendo el modelo de Jesucristo poniendo nuestra fe en Él para recibir la vida eterna.
Recibimos esa GRACIA (Regalo inmerecido) para luego vivir DANDO esa GRACIA a los demás. ¡De eso se trata! Avanzamos el Reino de Dios.
Podríamos empezar por Recordándonos a nosotros mismos tener paciencia con los demás así como deceamos que otros sean pacientes con nosotros. Y recordando que nuestro hogar, nuestro trabajo, o cualquier lado en la comunidad somos misioneros y podriamos mostrar amabilidad y empatía con otros.
Humanamente incomprensible la gracia de Dios en nuestras vidas,que solo queda agradecer y alabar al señor por su gracia.