Devocional por Jeremy Hamblen

Hechos 4

Pedro y Juan ante el concilio

Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil.

Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera este haya sido sanado, 10 sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. 14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. 15 Entonces les ordenaron que saliesen del concilio; y conferenciaban entre sí, 16 diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, señal manifiesta ha sido hecha por ellos, notoria a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar. 17 Sin embargo, para que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre. 18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. 19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; 20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. 21 Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que se había hecho, 22 ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años.

Los creyentes piden confianza y valor

23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; 25 que por boca de David tu siervo dijiste:

¿Por qué se amotinan las gentes,

Y los pueblos piensan cosas vanas?

26 Se reunieron los reyes de la tierra,

Y los príncipes se juntaron en uno

Contra el Señor, y contra su Cristo.

27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Todas las cosas en común

32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. 33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. 36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.orgunitedbiblesocieties.orgvivelabiblia.comunitedbiblesocieties.org/es/casa/www.rvr60.bible

No hay nada como la iglesia local cuando la iglesia local está trabajando bien, y en la lectura de hoy la primera iglesia local simplemente sobresalía. Después de la sanación del mendigo cojo y el mensaje de Pedro en el templo, el capítulo cuatro documenta la primera persecución de la iglesia cristiana y su respuesta a dicha persecución. Los líderes saduceos no creían en la resurrección, por lo que encontraron ofensiva la predicación de Pedro y Juan, lo que llevó a su arresto y juicio ante el Sanedrín. Lleno del Espíritu, Pedro responde con valentía a las acusaciones sin ceder ni un centímetro y, junto con Juan, efectivamente dicen: “no dejaremos de hablar” cuando el concilio les advirtió que dejaran de predicar en el nombre de Jesús.

 Si nos ponemos en su lugar, esta fue una experiencia increíble y explica por qué lo sucedido inspiró a los cristianos a reunirse y orar por audacia en su misión, expresando y mostrando aún más el significado de la unidad.

 Tomando el capítulo cuatro en su conjunto, podemos ver que Lucas destaca tres disciplinas claves de la iglesia ideal, especialmente cuando ésta enfrenta persecución. Estas son iglesias que:

1) Proclaman la verdad (v. 1-22): Así como Pedro y Juan se mantuvieron firmes frente a un peligro enorme, nosotros también debemos mantenernos firmes en nuestra misión de compartir las Buenas Nuevas en medio de nuestras pruebas, anclados en la confianza inquebrantable de que nuestro Dios es fiel a sus promesas y en el poder interior del Espíritu Santo que obra a través de nosotros.

2) Oran juntos (v. 23-31): De la misma manera que los primeros creyentes buscaron fervientemente el poder de Dios para seguir adelante con la misión en momentos de persecución. Nosotros también debemos acercarnos al trono de la gracia con similar resolución, reconociendo nuestra total dependencia de Él, y buscando alinear nuestro corazón y voluntad con el propósito divino de Dios.

3) Proveen para las necesidades de cada uno (v. 32-37): Al igual que aquella comunidad cristiana tan unida que Lucas describe como “creyentes que estaban unidos de corazón y en espíritu”, nuestra misión se extiende más allá de la simple comunión; implica satisfacer activamente las necesidades físicas, emocionales y espirituales de aquellos dentro y fuera de nuestra comunidad.

Habrás notado que en todas estas disciplinas hay una característica adicional en común: la unidad. Pedro y Juan estaban unidos en mensaje y misión, la iglesia oraba junta colectivamente y su provisión era una actividad comunitaria. Estas son las características de una iglesia que funciona correctamente, ¡y no hay nada como una iglesia así!


Las redes sociales y el internet facilitan el experimentar una unidad poco profunda, pero cuando se trata de su iglesia local, ¿cómo podría usted fomentar un mayor sentido de unidad? y ¿cómo esto impactaría la forma en la que usted proclama, ora o provee hoy?

9 thoughts on “Día Cuatro | El Libro de Hechos

  1. Gracias a Dios por su palabra y por ponerme en una iglesia que predica su nombre y que está en unidad … gracias a Dios por Champión Forest Baptist Church … mi iglesia

  2. Gracias al Señor por darnos ejemplos de cómo se mueve la Iglesia con la visión del Espíritu Santo moviéndose en unidad .

  3. La Unidad es sumamente importante. Unidad con Dios, unidad entre nosotros. ¡Juntos somos mejores!

  4. Dar testimonio de la resurrección de Jesús con nuestras acciones es un factor común que nos une como iglesia.

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  6. . Què maravilloso es el trabajo en conjunto donde no hay diferencias ni vanidad y se logra el propòsito deseado. Hermosa reflexiòn del devocional de hoy.

  7. Es sorprendente la determinación que demuestran Pedro y Juan al dirigirse al “cojo de nacimiento” y de como ellos ‘entendieron’ que la Voluntad de Dios para este hombre era el ser sanado. Estos Capítulos 3 y 4 de Hechos nos retan a actuar como lo hicieron Pedro y Juan si tenemos la misma convicción y certeza de que en el Nombre de Jesús de Nazaret hay sanidad y milagros. LLenos del poder del Espíritu Santo podemos declarar también sanidad y milagros a las personas a nuestro alrededor para que no tengan que ‘esperar más de 40 años’ como lo hizo ese hombre. Gran lección para nuestra vida creyente y cristiana!

  8. Le doy gracias a Dios con todo mi corazón por la iglesia que estoy porque si siento que hay unidad en cosas que hacen. Yo se que no hay que tener diferencia de nadie para tener eso con todos, aun hasta los que no conocemos en la iglesia porque es un iglesia super grande. Si deverdad soy hija de Dios se que tengo que amar a mis hermanos en Cristo y tener unidad con ellos.

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