Cuando has sido transformado por el amor de Dios, no puedes evitar querer que otros experimenten la misma gracia y libertad. Pero, ¿cómo lo compartes sin asustarlos u ofenderlos? Para la mayoría de los cristianos, “evangelismo” es una palabra intimidante que sugiere repartir tratados a extraños o hacer otras cosas incómodas.
Pero, ¿y si hubiera una forma más práctica y auténtica de compartir tu fe con tus amigos, vecinos y compañeros de trabajo? Únete a nosotros en esta serie de enseñanzas de 3 semanas. Aprenderemos juntos que amando a nuestro prójimo, podemos cambiar el mundo.