Devocionales Diarios: Mayo 30

Mayo 30 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría!

Al leer este capítulo, casi puedes imaginar a Salomón transmitiendo su “sabiduría” a sus hijos en la casa. El versículo 20, es fuerte y claro. Tal vez incluso puedas escuchar a tu mamá o tu papá.

La primera parte de este versículo menciona caminar con personas sabias. El que anda con sabios, sabio será.  Cuando elegimos asociarnos, caminar, hacer amistad con hombres y mujeres sabios, añadimos sabiduría a nuestra vida.

La segunda frase contrasta con la primera. “El que con necios se junta, saldrá mal parado” Se da por sentado que el compañero de los necios es un necio y que permanecerá enraizado en su locura. Su elección de compañeros demuestra su locura y muestra su destino: destrucción.

Es un principio de vida, las personas más cercanas a nosotros son las personas que más nos impactan. Pablo lo mencionó años después en 1 Cor. 15:33 ” No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. ¡Elige a tus amigos sabiamente y sé un buen amigo!

Proverbios 13

13 El hijo sabio recibe el consejo del padre;
Mas el burlador no escucha las reprensiones.

Del fruto de su boca el hombre comerá el bien;
Mas el alma de los prevaricadores hallará el mal.

El que guarda su boca guarda su alma;
Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.

El alma del perezoso desea, y nada alcanza;
Mas el alma de los diligentes será prosperada.

El justo aborrece la palabra de mentira;
Mas el impío se hace odioso e infame.

La justicia guarda al de perfecto camino;
Mas la impiedad trastornará al pecador.

Hay quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada;
Y hay quienes pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas.

El rescate de la vida del hombre está en sus riquezas;
Pero el pobre no oye censuras.

La luz de los justos se alegrará;
Mas se apagará la lámpara de los impíos.

10 Ciertamente la soberbia concebirá contienda;
Mas con los avisados está la sabiduría.

11 Las riquezas de vanidad disminuirán;
Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.

12 La esperanza que se demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido.

13 El que menosprecia el precepto perecerá por ello;
Mas el que teme el mandamiento será recompensado.

14 La ley del sabio es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.

15 El buen entendimiento da gracia;
Mas el camino de los transgresores es duro.

16 Todo hombre prudente procede con sabiduría;
Mas el necio manifestará necedad.

17 El mal mensajero acarrea desgracia;
Mas el mensajero fiel acarrea salud.

18 Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo;
Mas el que guarda la corrección recibirá honra.

19 El deseo cumplido regocija el alma;
Pero apartarse del mal es abominación a los necios.

20 El que anda con sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado.

21 El mal perseguirá a los pecadores,
Mas los justos serán premiados con el bien.

22 El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.

23 En el barbecho de los pobres hay mucho pan;
Mas se pierde por falta de juicio.

24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

25 El justo come hasta saciar su alma;
Mas el vientre de los impíos tendrá necesidad.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Pregunta de discusión familiar:

• ¿Por qué es tan importante ser sabio y discernir sobre las personas que nos rodean? ¿Cómo podemos rodearnos de amigos que nos acerquen a Jesús, y cómo podemos ser amigos que guíen a otros a estar más cerca de Jesús?

Mayo 30 2020

Devocionales Diarios: Mayo 29

Mayo 29 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría!

Observe cómo el autor destaca la sabiduría vivificante en el uso de nuestra boca, labios o palabras. Por lo general, en la estructura de un verso individual el escritor enfatiza un impacto positivo y uno negativo. Sin embargo, en el versículo 14, observe el desarrollo de una idea y el impacto positivo a futuro.

Este versículo es un gran recordatorio de por qué debemos decir la verdad y cómo la verdad, cuando se habla, se vuelve cada vez más fructífera. Cuando la verdad y la integridad son consistentes, estas conducen a la confianza y confiabilidad con Dios y las personas.

Las palabras del justo bendicen a los demás y también impactan su propia vida. El escritor menciona que “El Señor aborrece a los de labios mentirosos, pero se complace en los que actúan con lealtad” y siempre está activo para bendecirlos.

Proverbios 12

12 El que ama la instrucción ama la sabiduría;
Mas el que aborrece la reprensión es ignorante.

El bueno alcanzará favor de Jehová;
Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.

El hombre no se afirmará por medio de la impiedad;
Mas la raíz de los justos no será removida.

La mujer virtuosa es corona de su marido;
Mas la mala, como carcoma en sus huesos.

Los pensamientos de los justos son rectitud;
Mas los consejos de los impíos, engaño.

Las palabras de los impíos son asechanzas para derramar sangre;
Mas la boca de los rectos los librará.

Dios trastornará a los impíos, y no serán más;
Pero la casa de los justos permanecerá firme.

Según su sabiduría es alabado el hombre;
Mas el perverso de corazón será menospreciado.

Más vale el despreciado que tiene servidores,
Que el que se jacta, y carece de pan.

10 El justo cuida de la vida de su bestia;
Mas el corazón de los impíos es cruel.

11 El que labra su tierra se saciará de pan;
Mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento.

12 Codicia el impío la red de los malvados;
Mas la raíz de los justos dará fruto.

13 El impío es enredado en la prevaricación de sus labios;
Mas el justo saldrá de la tribulación.

14 El hombre será saciado de bien del fruto de su boca;
Y le será pagado según la obra de sus manos.

15 El camino del necio es derecho en su opinión;
Mas el que obedece al consejo es sabio.

16 El necio al punto da a conocer su ira;
Mas el que no hace caso de la injuria es prudente.

17 El que habla verdad declara justicia;
Mas el testigo mentiroso, engaño.

18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada;
Mas la lengua de los sabios es medicina.

19 El labio veraz permanecerá para siempre;
Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.

20 Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal;
Pero alegría en el de los que piensan el bien.

21 Ninguna adversidad acontecerá al justo;
Mas los impíos serán colmados de males.

22 Los labios mentirosos son abominación a Jehová;
Pero los que hacen verdad son su contentamiento.

23 El hombre cuerdo encubre su saber;
Mas el corazón de los necios publica la necedad.

24 La mano de los diligentes señoreará;
Mas la negligencia será tributaria.

25 La congoja en el corazón del hombre lo abate;
Mas la buena palabra lo alegra.

26 El justo sirve de guía a su prójimo;
Mas el camino de los impíos les hace errar.

27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado;
Pero haber precioso del hombre es la diligencia.

28 En el camino de la justicia está la vida;
Y en sus caminos no hay muerte.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Pregunta de discusión familiar:

• ¿Cómo afecta la forma en que usamos nuestras palabras el curso de nuestras vidas? ¿Por qué las palabras son tan poderosas para construir o destruir, y cómo podemos asegurarnos de que las estamos usando de una manera que honren al Señor?

Mayo 29 2020

Devocionales Diarios: Mayo 28

Mayo 28 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría durante el próximo mes!

La sabiduría incluye habilidades para vivir y una relación íntima continua con Dios. Debemos tener cuidado al leer algunos de estos proverbios a nivel superficial porque uno podría asumir que la sabiduría y la justicia están vinculadas a la recompensa terrenal. Como descubrimos rápidamente, a las buenas personas les pasan cosas malas.

Los proverbios contienen muchos contrastes entre los justos y los malvados, los sabios y los necios. En este capítulo, tenga en cuenta específicamente: seguridad – caída, vivir – morir, bendiciones – maldiciones, y más.

El autor destaca muchos beneficios de elegir la justicia que los seguidores de Jesús deben perseguir diariamente. Algunos son obvios y algunos otros requieren ser meditarlos un poco más. A medida que lea el capítulo, resalte uno o dos versículos y luego regrese y medite en ellos. Repítalo en voz alta varias veces, léalo en otra traducción. Además, ore a través de ese versículo para llevarlo a su corazón y mente durante el día.

Proverbios 11

11 El peso falso es abominación a Jehová;
Mas la pesa cabal le agrada.

Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Mas con los humildes está la sabiduría.

La integridad de los rectos los encaminará;
Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.

No aprovecharán las riquezas en el día de la ira;
Mas la justicia librará de muerte.

La justicia del perfecto enderezará su camino;
Mas el impío por su impiedad caerá.

La justicia de los rectos los librará;
Mas los pecadores serán atrapados en su pecado.

Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza;
Y la expectación de los malos perecerá.

El justo es librado de la tribulación;
Mas el impío entra en lugar suyo.

El hipócrita con la boca daña a su prójimo;
Mas los justos son librados con la sabiduría.

10 En el bien de los justos la ciudad se alegra;
Mas cuando los impíos perecen hay fiesta.

11 Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida;
Mas por la boca de los impíos será trastornada.

12 El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo;
Mas el hombre prudente calla.

13 El que anda en chismes descubre el secreto;
Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.

14 Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo;
Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.

15 Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño;
Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.

16 La mujer agraciada tendrá honra,
Y los fuertes tendrán riquezas.

17 A su alma hace bien el hombre misericordioso;
Mas el cruel se atormenta a sí mismo.

18 El impío hace obra falsa;
Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme.

19 Como la justicia conduce a la vida,
Así el que sigue el mal lo hace para su muerte.

20 Abominación son a Jehová los perversos de corazón;
Mas los perfectos de camino le son agradables.

21 Tarde o temprano, el malo será castigado;
Mas la descendencia de los justos será librada.

22 Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa y apartada de razón.

23 El deseo de los justos es solamente el bien;
Mas la esperanza de los impíos es el enojo.

24 Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.

25 El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado.

26 Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá;
Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.

27 El que procura el bien buscará favor;
Mas al que busca el mal, éste le vendrá.

28 El que confía en sus riquezas caerá;
Mas los justos reverdecerán como ramas.

29 El que turba su casa heredará viento;
Y el necio será siervo del sabio de corazón.

30 El fruto del justo es árbol de vida;
Y el que gana almas es sabio.

31 Ciertamente el justo será recompensado en la tierra;
!!Cuánto más el impío y el pecador!

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Pregunta de discusión familiar:

• ¿Por qué es importante para nosotros recordar que vivir con sabiduría no es una garantía de prosperidad terrenal? ¿Qué sucede cuando vinculamos el vivir conforme al Señor con la bendición material y luego no recibimos esa bendición material que esperábamos?

Mayo 28 2020

Devocionales Diarios: Mayo 27

Mayo 27 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría durante el próximo mes!

En la primera parte de Proverbios 10, se nos dan instrucciones sabias sobre las cosas que debemos evitar, y también sobre las cosas que más importan. La clave para vivir una vida sin arrepentimiento, una vida agradable al Señor, es la integridad. La integridad a menudo se ha definido como “hacer siempre lo correcto, incluso cuando nadie está mirando”. Por supuesto, sabemos que Dios siempre está mirando, y queremos honrarlo. Aquí en Proverbios se nos recuerda que cuando vivimos una vida de honestidad e integridad, podemos ” caminar seguros” (v.9), sabiendo que Él está con nosotros.

Vivir una vida de integridad no se trata solo de nuestras acciones, sino también de nuestras palabras. Las palabras son poderosas. Pueden levantar a otros, dar esperanza, dar consuelo y paz. O pueden destruir a otros, causando gran dolor y desesperación. En esta parte de Proverbios 10, el escritor contrasta la “boca del necio” (v.14) con la “boca del justo” (v.11), y nos recuerda que controlar nuestra lengua es vital para nuestra vida y nuestras relaciones.

Finalmente, en la última parte del capítulo, se nos da una lista de bendiciones que se dan a los “justos”. Cuando vivimos una vida de integridad, observando lo que decimos y hacemos, honrando a Dios con nuestras acciones y nuestras palabras, entonces ” lo que el justo desea, eso recibe” (v.24). ¡Qué recordatorio tan asombroso, que Él quiere lo mejor para nosotros! Él solo pide que lo sigamos de todo corazón, viviendo una vida de honestidad, integridad y amor.

Proverbios 10

Contraste entre el justo y el malvado

10 Los proverbios de Salomón.
    El hijo sabio alegra al padre,
    Pero el hijo necio es tristeza de su madre.

Los tesoros de maldad no serán de provecho;
Mas la justicia libra de muerte.

Jehová no dejará padecer hambre al justo;
Mas la iniquidad lanzará a los impíos.

La mano negligente empobrece;
Mas la mano de los diligentes enriquece.

El que recoge en el verano es hombre entendido;
El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.

Hay bendiciones sobre la cabeza del justo;
Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.

La memoria del justo será bendita;
Mas el nombre de los impíos se pudrirá.

El sabio de corazón recibirá los mandamientos;
Mas el necio de labios caerá.

El que camina en integridad anda confiado;
Mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.

10 El que guiña el ojo acarrea tristeza;
Y el necio de labios será castigado.

11 Manantial de vida es la boca del justo;
Pero violencia cubrirá la boca de los impíos.

12 El odio despierta rencillas;
Pero el amor cubrirá todas las faltas.

13 En los labios del prudente se halla sabiduría;
Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura.

14 Los sabios guardan la sabiduría;
Mas la boca del necio es calamidad cercana.

15 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
Y el desmayo de los pobres es su pobreza.

16 La obra del justo es para vida;
Mas el fruto del impío es para pecado.

17 Camino a la vida es guardar la instrucción;
Pero quien desecha la reprensión, yerra.

18 El que encubre el odio es de labios mentirosos;
Y el que propaga calumnia es necio.

19 En las muchas palabras no falta pecado;
Mas el que refrena sus labios es prudente.

20 Plata escogida es la lengua del justo;
Mas el corazón de los impíos es como nada.

21 Los labios del justo apacientan a muchos,
Mas los necios mueren por falta de entendimiento.

22 La bendición de Jehová es la que enriquece,
Y no añade tristeza con ella.

23 El hacer maldad es como una diversión al insensato;
Mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento.

24 Lo que el impío teme, eso le vendrá;
Pero a los justos les será dado lo que desean.

25 Como pasa el torbellino, así el malo no permanece;
Mas el justo permanece para siempre.

26 Como el vinagre a los dientes, y como el humo a los ojos,
Así es el perezoso a los que lo envían.

27 El temor de Jehová aumentará los días;
Mas los años de los impíos serán acortados.

28 La esperanza de los justos es alegría;
Mas la esperanza de los impíos perecerá.

29 El camino de Jehová es fortaleza al perfecto;
Pero es destrucción a los que hacen maldad.

30 El justo no será removido jamás;
Pero los impíos no habitarán la tierra.

31 La boca del justo producirá sabiduría;
Mas la lengua perversa será cortada.

32 Los labios del justo saben hablar lo que agrada;
Mas la boca de los impíos habla perversidades.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Pregunta de discusión familiar:

• ¿Qué significa la palabra “integridad” para usted? ¿Cómo vivir una vida de integridad trae gloria y honor a Jesús?

Mayo 27 2020

Devocionales Diarios: Mayo 26

Mayo 26 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría durante el próximo mes!

El capítulo 9 de Proverbios es una comparación interesante entre el camino de la sabiduría (v.1-6) y el camino de la locura (v.13-18). Es interesante leer estos dos conjuntos de versos y comparar. Pero lo que quizás sea más significativo en este breve capítulo de Proverbios son los versículos intermedios, que hablan de instrucción y reproche, así como las formas en que respondemos a ellos.

El versículo 9 dice: “Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber “. A veces es difícil tomar críticas constructivas. Nuestra naturaleza humana, nuestra naturaleza pecaminosa, nos dice que debemos estar orgullosos de las cosas y sentir que hemos hecho lo mejor. Cuando alguien ofrece consejo o instrucción, a menudo podemos verlo como una crítica y ponernos a la defensiva. ¡Pero la biblia dice claramente que escuchar las instrucciones es sabio y que enseñar es el camino de los justos!

El camino sabio es buscar aprender de la crítica o la instrucción, por difícil que sea.

Todo esto comienza con un temor al Señor … un temor saludable, sabiendo que Él es Dios Todopoderoso y capaz de hacer todas las cosas. En el versículo 10, dice ” El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento”.

Proverbios 9

Invitación de la sabiduría y de la necedad

La sabiduría construyó su casa
    y labró sus siete pilares.
Preparó un banquete, mezcló su vino
    y tendió la mesa.
Envió a sus doncellas, y ahora clama
    desde lo más alto de la ciudad.
«¡Vengan conmigo los inexpertos!
    —dice a los faltos de juicio—.
Vengan, disfruten de mi pan
    y beban del vino que he mezclado.
Dejen su insensatez, y vivirán;
    andarán por el camino del discernimiento.

»El que corrige al burlón se gana que lo insulten;
    el que reprende al malvado se gana su desprecio.
No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte;
    reprende al sabio, y te amará.
Instruye al sabio, y se hará más sabio;
    enseña al justo, y aumentará su saber.

10 »El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
    conocer al Santo[a] es tener discernimiento.
11 Por mí aumentarán tus días;
    muchos años de vida te serán añadidos.
12 Si eres sabio, tu premio será tu sabiduría;
    si eres insolente, solo tú lo sufrirás».

13 La mujer necia es escandalosa,
    frívola y desvergonzada.
14 Se sienta a las puertas de su casa,
    sienta sus reales en lo más alto de la ciudad,
15 y llama a los que van por el camino,
    a los que no se apartan de su senda.
16 «¡Vengan conmigo, inexpertos!
    —dice a los faltos de juicio—.
17 ¡Las aguas robadas saben a gloria!
    ¡El pan sabe a miel si se come a escondidas!»
18 Pero estos ignoran que allí está la muerte,
    que sus invitados caen al fondo de la fosa.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría. Es donde todo empieza. Teme al Señor y humildemente búscalo, y tendrás conocimiento y visión; y con eso, la capacidad de ver la instrucción como un sabio consejo, no solo una crítica.

Pregunta de discusión familiar:

¿Por qué es tan difícil para nosotros tomar consejos amorosos, instrucciones o incluso críticas? ¿Por qué es tan importante que dejemos de lado nuestro orgullo y tengamos una actitud humilde mientras buscamos adquirir sabiduría?

Mayo 26 2020

Devocionales Diarios: Mayo 25

Mayo 25 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría durante el próximo mes!

El capítulo 8 de Proverbios comienza con la personificación de la sabiduría, un marcado contraste con la adúltera del capítulo 7. El escritor del proverbio muestra que vivir sabiamente es vivir bien y buscar la sabiduría de Dios en lugar de las cosas de este mundo.

En los versículos 10-11, el escritor dice: ” Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el oro refinado. Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara.” Finalmente, la sabiduría se encuentra en Cristo Jesús, y nunca en las cosas que este mundo tiene para ofrecer.

En la siguiente parte de Proverbios 8, habla del “temor al Señor” (v.13) y del “consejo y el buen juicio” (v.14). En última instancia, la sabiduría dice: ” A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer” (v.17) El conocimiento es horizontal, pero la sabiduría es vertical … ¡proviene solo del Señor! Necesitamos buscarlo y amarlo con todo nuestro corazón, y él nos guiará.

Los versículos 22-31 hablan de cómo la sabiduría ha estado allí desde el principio, con Dios, y cómo Dios formó la tierra y estableció los cielos, pero lo más importante, cómo somos Su deleite. ¡Qué imagen tan maravillosa de nuestro Padre Celestial … el conocimiento de que el Dios de todas las cosas se deleita en nosotros, nos ama y quiere impartirnos Su sabiduría!

El capítulo termina con el escritor recordándonos las bendiciones que vienen cuando buscamos la sabiduría de Dios diariamente. En el versículo 34, dice ” Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa”. ¡Debemos aprender a esperar en Dios, y eso es un proceso! ¡Pero podríamos perdernos si tenemos demasiada prisa, y las bendiciones que vienen junto con la sabiduría que Dios da siempre valen la pena la espera!

Proverbios 8

Llamado de la sabiduría

¿Acaso no está llamando la sabiduría?
    ¿No está elevando su voz la inteligencia?
Toma su puesto en las alturas,
    a la vera del camino y en las encrucijadas.
Junto a las puertas que dan a la ciudad,
    a la entrada misma, grita a voz en cuello:
«A ustedes los hombres, los estoy llamando;
    dirijo mi voz a toda la humanidad.
Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia!
    Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento!
Escúchenme, que diré cosas importantes;
    mis labios hablarán lo correcto.
Mi boca expresará la verdad,
    pues mis labios detestan la mentira.
Las palabras de mi boca son todas justas;
    no hay en ellas maldad ni doblez.
Son claras para los entendidos,
    e irreprochables para los sabios.
10 Opten por mi instrucción, no por la plata;
    por el conocimiento, no por el oro refinado.
11 Vale más la sabiduría que las piedras preciosas,
    y ni lo más deseable se le compara.

12 »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia
    y poseo conocimiento y discreción.
13 Quien teme al Señor aborrece lo malo;
    yo aborrezco el orgullo y la arrogancia,
    la mala conducta y el lenguaje perverso.
14 Míos son el consejo y el buen juicio;
    míos son el entendimiento y el poder.
15 Por mí reinan los reyes
    y promulgan leyes justas los gobernantes.
16 Por mí gobiernan los príncipes
    y todos los nobles que rigen la tierra.[a]
17 A los que me aman, les correspondo;
    a los que me buscan, me doy a conocer.
18 Conmigo están las riquezas y la honra,
    la prosperidad[b] y los bienes duraderos.
19 Mi fruto es mejor que el oro fino;
    mi cosecha sobrepasa a la plata refinada.
20 Voy por el camino de la rectitud,
    por los senderos de la justicia,
21 enriqueciendo a los que me aman
    y acrecentando sus tesoros.

22 »El Señor me dio la vida[c] como primicia de sus obras,[d]
    mucho antes de sus obras de antaño.
23 Fui establecida desde la eternidad,
    desde antes que existiera el mundo.
24 No existían los grandes mares cuando yo nací;
    no había entonces manantiales de abundantes aguas.
25 Nací antes que fueran formadas las colinas,
    antes que se cimentaran las montañas,
26 antes que él creara la tierra y sus paisajes
    y el polvo primordial con que hizo el mundo.
27 Cuando Dios cimentó la bóveda celeste
    y trazó el horizonte sobre las aguas,
    allí estaba yo presente.
28 Cuando estableció las nubes en los cielos
    y reforzó las fuentes del mar profundo;
29 cuando señaló los límites del mar,
    para que las aguas obedecieran su mandato;
cuando plantó los fundamentos de la tierra,
30     allí estaba yo, afirmando su obra.
Día tras día me llenaba yo de alegría,
    siempre disfrutaba de estar en su presencia;
31 me regocijaba en el mundo que él creó;
    ¡en el género humano me deleitaba!

32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme:
    dichosos los que van por[e] mis caminos.
33 Atiendan a mi instrucción, y sean sabios;
    no la descuiden.
34 Dichosos los que me escuchan
    y a mis puertas están atentos cada día,
    esperando a la entrada de mi casa.
35 En verdad, quien me encuentra halla la vida
    y recibe el favor del Señor.
36 Quien me rechaza se perjudica a sí mismo;
    quien me aborrece, ama la muerte».

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Como dice en el versículo 35, ” quien me encuentra halla la vida”, ¡una promesa que vemos cumplida en el Nuevo Testamento, en la persona de Jesucristo!

Pregunta de discusión familiar:

¿Por qué crees que el autor nos dice que la sabiduría es mejor que las riquezas terrenales, como las joyas o el dinero? ¿Qué hace a la sabiduría mejor que las cosas de este mundo?

Mayo 25 2020

Devocionales Diarios: Mayo 24

Mayo 24 2020

El libro de Proverbios es una colección de dichos cortos en el Antiguo Testamento destinados a infundir sabiduría en el pueblo de Dios. Es importante recordar mientras leemos que un proverbio es una declaración que generalmente es verdadera en principio, no una promesa universalmente verdadera. ¡Profundicemos juntos en la Palabra y permitamos que el Señor moldee nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas en Su sabiduría durante el próximo mes!

En el capítulo 4 de Proverbios, el autor continúa dando instrucciones a sus hijos en el camino de la sabiduría. Alienta a su hijo a que busque diligentemente la sabiduría y la abrace, que siga el camino de la sabiduría en lugar del camino de los impíos, que se aparte de los malos caminos y permanezca en el camino de la vida.

En medio de esta instrucción paternal está este mandato: ” Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). El resto de las instrucciones que Salomón da a partir de entonces dependen de que se guarde el corazón; ¡la idea que está tratando de transmitir es que las influencias que permitimos en nuestros corazones terminarán determinando el curso de nuestras vidas!

Mantener una estrecha vigilancia en el corazón es un aspecto integral de la vida sabia, porque sin él, inevitablemente, terminaremos donde nunca pretendíamos estar. Si no mantenemos nuestros corazones bajo vigilancia, y permitimos que las cosas mundanas o malvadas entren sin pensarlo dos veces, no deberíamos sorprendernos cuando nuestros pies terminen vagando por donde nuestros corazones ya se han ido.

Proverbios 4

Beneficios de la sabiduría

Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,
    Y estad atentos, para que conozcáis cordura.

Porque os doy buena enseñanza;
No desamparéis mi ley.

Porque yo también fui hijo de mi padre,
Delicado y único delante de mi madre.

Y él me enseñaba, y me decía:
Retenga tu corazón mis razones,
Guarda mis mandamientos, y vivirás.

Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;

No la dejes, y ella te guardará;
Amala, y te conservará.

Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;
Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.

Engrandécela, y ella te engrandecerá;
Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.

Adorno de gracia dará a tu cabeza;
Corona de hermosura te entregará.

10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán años de vida.

11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
Y por veredas derechas te he hecho andar.

12 Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos,
Y si corrieres, no tropezarás.

13 Retén el consejo, no lo dejes;
Guárdalo, porque eso es tu vida.

14 No entres por la vereda de los impíos,
Ni vayas por el camino de los malos.

15 Déjala, no pases por ella;
Apártate de ella, pasa.

16 Porque no duermen ellos si no han hecho mal,
Y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.

17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de robos;

18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

19 El camino de los impíos es como la oscuridad;
No saben en qué tropiezan.

20 Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.

21 No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;

22 Porque son vida a los que las hallan,
Y medicina a todo su cuerpo.

23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.

24 Aparta de ti la perversidad de la boca,
Y aleja de ti la iniquidad de los labios.

25 Tus ojos miren lo recto,
Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.

26 Examina la senda de tus pies,
Y todos tus caminos sean rectos.

27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;
Aparta tu pie del mal.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

¿De qué maneras nos sentimos tentados a bajar la guardia sobre nuestros corazones y a seguir las voces del mundo? ¿De qué maneras podemos asegurarnos de proteger nuestros corazones con una vigilancia renovada?

Pregunta de discusión familiar:

¿Por qué es tan importante asegurarse de que las cosas que consumimos (TV / películas, juegos, libros, música, etc.) honren a Dios? ¿Cómo dice este pasaje que todo eso nos afecta?

Mayo 24 2020

Navegando Mi Nueva Realidad: día 5

Mayo 19 2020

Estos dos capítulos del libro de Nehemías pueden parecer una gran lista de nombres, lugares y leyes que hoy no tienen mucha relevancia para nosotros. Sin embargo, si profundizamos un poco más para ver lo que el autor del libro está tratando de comunicar, vemos que en realidad están sucediendo muchas cosas en estos capítulos y podemos tener una mejor idea de cómo se aplica a nosotros en nuestro contexto.

En el capítulo 10 vemos una lista de personas que sellaron el pacto al que se hizo referencia al final del capítulo 9. En el capítulo 9, las personas confesaron sus pecados a Dios y ahora se están comprometiendo a obedecerle y a guardar el pacto hecho con Él en el monte Sinaí. La lista de quienes firmaron y sellaron esta renovación del pacto incluye a personas de todos los ámbitos de la vida en la comunidad de Israel. La intención era demostrar que toda la comunidad se comprometía a ser diligente en guardar los mandamientos de Dios y caminar en sus caminos.

En el Capítulo 11 vemos que el pueblo de Israel da un “diezmo” para ir a vivir a Jerusalén y el autor relata sus nombres y familias, así como las otras aldeas que rodearon a Jerusalén. Si tuviéramos que mirar en un mapa y ver el área de tierra que cubren estas aldeas, realmente no se compara mucho con lo grande que era la nación de Israel antes del exilio.

Todo esto está relacionado con el mensaje general del libro de Nehemías. Nehemías viene con celo y devoción para reconstruir los muros de Jerusalén y guiar al pueblo a honrar al Señor. Los exiliados que habían regresado a Israel de varias tierras creían que ellos eran el “remanente” mencionado por los profetas, y que la gran restauración prometida por los profetas estaba llegando a ellos.

Sin embargo, vemos a cada paso en la historia de Nehemías, incluso en sus mayores éxitos, hay un toque de decepción. A pesar de que los muros están reconstruidos y la gente se ha comprometido a obedecer la Ley de Dios, Jerusalén es un pueblo fantasma, y ​​la gente tiene que ser elegida por sorteo para decidir quién irá a vivir allí; en otras palabras, la gente no está haciendo fila voluntariamente para ir a vivir a la ciudad santa. Fuera de Jerusalén, la tierra de Israel es solo una fracción de su tamaño original, y todo lo que produce la tierra no beneficia al pueblo sino a un rey extranjero que gobierna sobre ellos (Nehemías 9: 36-37).

Esto está muy lejos de las promesas de los profetas con respecto a la bendición y restauración que Dios derramará sobre su pueblo.

Nehemías 10 y 11

10  Los que firmaron fueron: Nehemías el gobernador, hijo de Hacalías, y Sedequías,

Seraías, Azarías, Jeremías,

Pasur, Amarías, Malquías,

Hatús, Sebanías, Maluc,

Harim, Meremot, Obadías,

Daniel, Ginetón, Baruc,

Mesulam, Abías, Mijamín,

Maazías, Bilgai y Semaías; éstos eran sacerdotes.

Y los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad, Cadmiel,

10 y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán,

11 Micaía, Rehob, Hasabías,

12 Zacur, Serebías, Sebanías,

13 Hodías, Bani y Beninu.

14 Los cabezas del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani,

15 Buni, Azgad, Bebai,

16 Adonías, Bigvai, Adín,

17 Ater, Ezequías, Azur,

18 Hodías, Hasum, Bezai,

19 Harif, Anatot, Nebai,

20 Magpías, Mesulam, Hezir,

21 Mesezabeel, Sadoc, Jadúa,

22 Pelatías, Hanán, Anaías,

23 Oseas, Hananías, Hasub,

24 Halohes, Pilha, Sobec,

25 Rehum, Hasabna, Maasías,

26 Ahías, Hanán, Anán,

27 Maluc, Harim y Baana.

28 Y el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento,

29 se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protestar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.

30 Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos.

31 Asimismo, que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda.

32 Nos impusimos además por ley, el cargo de contribuir cada año con la tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro Dios;

33 para el pan de la proposición y para la ofrenda continua, para el holocausto continuo, los días de reposo, las nuevas lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios de expiación por el pecado de Israel, y para todo el servicio de la casa de nuestro Dios.

34 Echamos también suertes los sacerdotes, los levitas y el pueblo, acerca de la ofrenda de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como está escrito en la ley.

35 Y que cada año traeríamos a la casa de Jehová las primicias de nuestra tierra, y las primicias del fruto de todo árbol.

36 Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios;

37 que traeríamos también las primicias de nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol, y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras labores en todas las ciudades;

38 y que estaría el sacerdote hijo de Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo; y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro.

39 Porque a las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa de nuestro Dios.

Los habitantes de Jerusalén
(1 Cr. 9.1-34)

11  Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las otras ciudades.

Y bendijo el pueblo a todos los varones que voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén.

Estos son los jefes de la provincia que moraron en Jerusalén; pero en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión, en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes y levitas, los sirvientes del templo y los hijos de los siervos de Salomón.

En Jerusalén, pues, habitaron algunos de los hijos de Judá y de los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahalaleel, de los hijos de Fares,

y Maasías hijo de Baruc, hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib, hijo de Zacarías, hijo de Siloni.

Todos los hijos de Fares que moraron en Jerusalén fueron cuatrocientos sesenta y ocho hombres fuertes.

Estos son los hijos de Benjamín: Salú hijo de Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías.

Y tras él Gabai y Salai, novecientos veintiocho.

Y Joel hijo de Zicri era el prefecto de ellos, y Judá hijo de Senúa el segundo en la ciudad.

10 De los sacerdotes: Jedaías hijo de Joiarib, Jaquín,

11 Seraías hijo de Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo de Ahitob, príncipe de la casa de Dios,

12 y sus hermanos, los que hacían la obra de la casa, ochocientos veintidós; y Adaías hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías, hijo de Pasur, hijo de Malquías,

13 y sus hermanos, jefes de familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azareel, hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer,

14 y sus hermanos, hombres de gran vigor, ciento veintiocho, el jefe de los cuales era Zabdiel hijo de Gedolim.

15 De los levitas: Semaías hijo de Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni;

16 Sabetai y Jozabad, de los principales de los levitas, capataces de la obra exterior de la casa de Dios;

17 y Matanías hijo de Micaía, hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; Bacbuquías el segundo de entre sus hermanos; y Abda hijo de Samúa, hijo de Galal, hijo de Jedutún.

18 Todos los levitas en la santa ciudad eran doscientos ochenta y cuatro.

19 Los porteros, Acub, Talmón y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.

20 Y el resto de Israel, de los sacerdotes y de los levitas, en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad.

21 Los sirvientes del templo habitaban en Ofel; y Ziha y Gispa tenían autoridad sobre los sirvientes del templo.

22 Y el jefe de los levitas en Jerusalén era Uzi hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de Matanías, hijo de Micaía, de los hijos de Asaf, cantores, sobre la obra de la casa de Dios.

23 Porque había mandamiento del rey acerca de ellos, y distribución para los cantores para cada día.

24 Y Petaías hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera hijo de Judá, estaba al servicio del rey en todo negocio del pueblo.

Lugares habitados fuera de Jerusalén

25 Tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá habitaron en Quiriat-arba y sus aldeas, en Dibón y sus aldeas, en Jecabseel y sus aldeas,

26 en Jesúa, Molada y Bet-pelet,

27 en Hazar-sual, en Beerseba y sus aldeas,

28 en Siclag, en Mecona y sus aldeas,

29 en En-rimón, en Zora, en Jarmut,

30 en Zanoa, en Adulam y sus aldeas, en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.

31 Y los hijos de Benjamín habitaron desde Geba, en Micmas, en Aía, en Bet-el y sus aldeas,

32 en Anatot, Nob, Ananías,

33 Hazor, Ramá, Gitaim,

34 Hadid, Seboim, Nebalat,

35 Lod, y Ono, valle de los artífices;

36 y algunos de los levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

La historia de Nehemías es de triunfo y desilusión. Su ministerio entre el pueblo de Israel tuvo fidelidad y fortaleza de su parte, pero fracaso y desanimo por parte del pueblo, como veremos al final del libro. En última instancia, el libro establece una expectativa: ¡la restauración que Dios prometió a su pueblo a través de los profetas aún estaba por venir, y ahora sabemos que esta restauración vino a través de la persona de Jesucristo!

¿Alguna vez has vivido una situación ante la cual tenías grandes esperanzas y expectativas, y te encontraste con una gran decepción? ¿Cómo se relaciona eso con la experiencia del pueblo de Israel después de su regreso del exilio?

¿Cómo una expectativa de restauración futura nos da esperanza y cambia nuestra vida aquí y ahora? ¿Cómo debemos vivir mientras esperamos con gran expectativa el regreso de Jesucristo y la restauración de todas las cosas?

Mayo 19 2020

Navegando Mi Nueva Realidad: día 4

Mayo 18 2020

En Nehemías 8-9 vemos al pueblo de Israel reunido para escuchar la Ley del Señor en voz alta. A medida que la escritura es leída públicamente por el escriba Ezra, la gente responde con gran duelo y tristeza. Cuando se encontraron con la Palabra de Dios y escucharon sus mandamientos y les fueron explicados, se dieron cuenta y entendieron que no habían sido obedientes al Señor.

Cuando nos encontramos con Dios en su Palabra, el Espíritu Santo nos lleva a la convicción sobre el pecado y la rebelión contra él. Sin embargo, lo que el Señor busca no es que nos quedemos en la vergüenza y el luto; el reconocimiento y el arrepentimiento nos tienen que llevar a un cambio… ¡acciones concretas!

En lugar de permanecer en ese estado de tristeza, el pueblo decidió alejarse de sus malos caminos, reconocer y confesar sus pecados, y comenzar a obedecer la Ley de Dios.

Nehemías 8 y 9

 y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová había dado a Israel.

Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender, el primer día del mes séptimo.

Y leyó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.

Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam.

Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento.

Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: !!Amén! !!Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra.

Y los levitas Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el pueblo estaba atento en su lugar.

Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura.

Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios; no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley.

10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.

11 Los levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad, porque es día santo, y no os entristezcáis.

12 Y todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que les habían enseñado.

13 Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley.

14 Y hallaron escrito en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés, que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta solemne del mes séptimo;

15 y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.

16 Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín.

17 Y toda la congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.

18 Y leyó Esdras en el libro de la ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito.

Esdras confiesa los pecados de Israel

 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí.

Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres.

Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios.

Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza.

Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham;

y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo.

Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo;

10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.

11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas.

12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir.

13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos,

14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley.

15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.

16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos.

17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste.

18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones,

19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.

20 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.

21 Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies.

22 Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán.

23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.

24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran.

25 Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad.

26 Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.

27 Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos.

28 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste.

29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.

30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra.

31 Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.

32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.

33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo.

34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas.

35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras.

36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien.

37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

Pacto del pueblo, de guardar la ley

38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Necesitamos enfrentarnos diariamente a nosotros mismos y a nuestro pecado en la Ley perfecta del Señor expresada en Su Palabra. ¡Enfrentar nuestro pecado y reconocerlo ante Dios es el camino hacia la verdadera vida y transformación! La convicción que experimentamos cuando el Espíritu se mueve en nuestros corazones a través de la Palabra de Dios para confrontarnos con nuestro pecado, nunca debe paralizarnos con vergüenza o remordimiento; ¡debe movernos a la acción y al arrepentimiento!

¿Alguna vez has tenido la tentación de convertir la convicción del Espíritu en auto condena cuando te enfrentas a tu pecado? ¿Cómo puedes convertir esa convicción en confesión y arrepentimiento?

¿De qué maneras podemos asegurarnos de que nos estamos mirando diariamente el espejo perfecto de la Palabra de Dios, confrontándonos con nuestro propio quebrantamiento y avanzando por el poder del Espíritu hacia una vida que honre más a Dios?

Mayo 18 2020

Navegando Mi Nueva Realidad: día 3

Mayo 17 2020

En la lectura de hoy, vemos que a pesar de que Nehemías tenía un trabajo que hacer y estaba muy concentrado en sacar adelante ese proyecto, era sensible a las necesidades de las personas que lo rodeaban. Todos aquellos que estaban sufriendo lloraban desde su miseria. Habían caído presos en las manos de nobles y gobernantes quienes les habían puesto fuertes impuestos e intereses sobre su propia gente. Como si las burlas de sus enemigos no fueran suficientes, aquellos en posiciones de poder y con más recursos habían aumentado las cargas de su propia gente.

Nehemías, movido en compasión por los necesitados, ayudó a los que estaban dentro de la ciudad mientras continuaba liderando el importante trabajo de construir el muro para proteger a su gente de los enemigos. Una vez terminado el muro y concluido todo el arduo trabajo, Nehemías les deja saber que ya todas las naciones a su alrededor sabían de la reconstrucción del muro y se sentían humilladas y con miedo, porque se habían dado cuenta de que ese gran trabajo se había logrado con la ayuda del Dios de Israel (6:16).

Nehemías 5 y 7

Abolición de la usura

 Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos.

Había quien decía: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir.

Y había quienes decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre.

Y había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas.

Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros.

Y me enojé en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras.

Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea,

y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder.

Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?

10 También yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano; quitémosles ahora este gravamen.

11 Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés.

12 Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto.

13 Además sacudí mi vestido, y dije: Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda la congregación: !!Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo conforme a esto.

14 También desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.

15 Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.

16 También en la obra de este muro restauré mi parte, y no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí en la obra.

17 Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, estaban a mi mesa.

18 Y lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre de este pueblo era grave.

19 Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo.

Maquinaciones de los adversarios

 Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no había puesto las hojas en las puertas),

Sanbalat y Gesem enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal.

Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.

Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, y yo les respondí de la misma manera.

Entonces Sanbalat envió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una carta abierta en su mano,

en la cual estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey;

y que has puesto profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: !!Hay rey en Judá! Y ahora serán oídas del rey las tales palabras; ven, por tanto, y consultemos juntos.

Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas.

Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada. Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos.

10 Vine luego a casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo, porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.

11 Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida? No entraré.

12 Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat lo habían sobornado.

13 Porque fue sobornado para hacerme temer así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que fuera yo infamado.

14 Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat, conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban infundirme miedo.

15 Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días.

16 Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.

17 Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principales de Judá a Tobías, y las de Tobías venían a ellos.

18 Porque muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías.

19 También contaban delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.

Nehemías designa dirigentes

 Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron señalados porteros y cantores y levitas,

mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos);

y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí, cerrad las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante de su casa.

Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas.

Los que volvieron con Zorobabel
(Esd. 2.1-70)

Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así:

Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó cautivos Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad,

los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana. El número de los varones del pueblo de Israel:

Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.

Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.

10 Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos.

11 Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos dieciocho.

12 Los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

13 Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta y cinco.

14 Los hijos de Zacai, setecientos sesenta.

15 Los hijos de Binúi, seiscientos cuarenta y ocho.

16 Los hijos de Bebai, seiscientos veintiocho.

17 Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos veintidós.

18 Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete.

19 Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete.

20 Los hijos de Adín, seiscientos cincuenta y cinco.

21 Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.

22 Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho.

23 Los hijos de Bezai, trescientos veinticuatro.

24 Los hijos de Harif, ciento doce.

25 Los hijos de Gabaón, noventa y cinco.

26 Los varones de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho.

27 Los varones de Anatot, ciento veintiocho.

28 Los varones de Bet-azmavet, cuarenta y dos.

29 Los varones de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.

30 Los varones de Ramá y de Geba, seiscientos veintiuno.

31 Los varones de Micmas, ciento veintidós.

32 Los varones de Bet-el y de Hai, ciento veintitrés.

33 Los varones del otro Nebo, cincuenta y dos.

34 Los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.

35 Los hijos de Harim, trescientos veinte.

36 Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.

37 Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiuno.

38 Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta.

39 Sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.

40 Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos.

41 Los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete.

42 Los hijos de Harim, mil diecisiete.

43 Levitas: los hijos de Jesúa, de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

44 Cantores: los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho.

45 Porteros: Los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita y los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho.

46 Sirvientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,

47 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón,

48 los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Salmai,

49 los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los hijos de Gahar,

50 los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos de Necoda,

51 los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos de Paseah,

52 los hijos de Besai, los hijos de Mehunim, los hijos de Nefisesim,

53 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur,

54 los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa,

55 los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema,

56 los hijos de Nezía, y los hijos de Hatifa.

57 Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Perida,

58 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel,

59 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón.

60 Todos los sirvientes del templo e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.

61 Y estos son los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su genealogía, si eran de Israel:

62 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.

63 Y de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y se llamó del nombre de ellas.

64 Estos buscaron su registro de genealogías, y no se halló; y fueron excluidos del sacerdocio,

65 y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.

66 Toda la congregación junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,

67 sin sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.

68 Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;

69 camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.

70 Y algunos de los cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones, y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.

71 Los cabezas de familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata.

72 Y el resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.

73 Y habitaron los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades.

Esdras lee la ley al pueblo

Venido el mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades;

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Los cristianos están dotados de dones espirituales y talentos para la construcción del cuerpo de Cristo. También tenemos la responsabilidad de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Estamos experimentando días difíciles con la pandemia de COVID-19. Las personas tienen miedo, encuentran dificultades financieras y enfermedades. Es muy fácil volverse temeroso y ansioso por el futuro. Cuando Dios lo use para construir su reino, llámelo para que no solo satisfaga tus necesidades sino que también te permita satisfacer algunas de las necesidades de tus vecinos. Continúa depositando tu confianza en el Dios de todo consuelo y esperanza. Y recuerda, Jesús dijo que él está construyendo su iglesia sobre las buenas nuevas del Evangelio, ¡y que las puertas del infierno no prevalecerán contra él (Mateo 16:18)! ¡Alabado sea nuestro Dios grande y maravilloso!

Mayo 17 2020