3 de mayo de 2020
¡En el Salmo 29, David exalta la absoluta grandeza y majestad de Dios! David abre el salmo con un llamado de alabanza al Señor (versículo 1-2). Luego describe el poder del Señor en una tormenta: primero sobre el mar (versículos 3-4), luego sobre el Líbano (versículos 5-6) y finalmente sobre el desierto (versículos 7-9). Los versos finales del salmo expresan apropiadamente la aplicación del poder de Dios a su pueblo (versículos 10-11).
¡Dios es descrito de maneras increíbles para provocar admiración y asombro ante su grandeza!
¡Es abrumador considerar el hecho de que los seres humanos pueden tener el privilegio de conocer y adorar a este Dios grandioso y maravilloso! Pero David también reconoce que ese Dios Todopoderoso tiene especial cuidado y gran compasión por su pueblo. Tu y yo podemos vivir con la seguridad de que Él nos fortalecerá y nos bendecirá con Su paz perfecta.
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7 (NVI)
Salmos 29
Poder y gloria de Jehová
Salmo de David.
1 Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos,
Dad a Jehová la gloria y el poder.
2 Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;
Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.
3 Voz de Jehová sobre las aguas;
Truena el Dios de gloria,
Jehová sobre las muchas aguas.
4 Voz de Jehová con potencia;
Voz de Jehová con gloria.
5 Voz de Jehová que quebranta los cedros;
Quebrantó Jehová los cedros del Líbano.
6 Los hizo saltar como becerros;
Al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos.
7 Voz de Jehová que derrama llamas de fuego;
8 Voz de Jehová que hace temblar el desierto;
Hace temblar Jehová el desierto de Cades.
9 Voz de Jehová que desgaja las encinas,
Y desnuda los bosques;
En su templo todo proclama su gloria.
10 Jehová preside en el diluvio,
Y se sienta Jehová como rey para siempre.
11 Jehová dará poder a su pueblo;
Jehová bendecirá a su pueblo con paz.
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Oración
Señor, solo tú eres el único Dios verdadero y vivo. Solo tu mereces toda la gloria, honra y honor. Clamo a ti porque tú eres mi Señor, el que aumenta mis fuerzas y me bendice con Su paz. Padre celestial, aumenta mi fe. Quiero buscarte con más devoción y permitir que tu Santo Espíritu me guíe, me fortalezca y me moldee más a tu imagen. En el nombre de Jesús mi Salvador, amén.