Junio1 2020
En el capítulo 15 vemos una variedad de temas abordados por el autor. Una de las cosas que señala el autor se ve en el versículo 9: ” El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia. “. La razón de esto se ve claramente en el versículo 11, que dice: “ Si ante el Señor están el sepulcro y la muerte, ¡cuánto más el corazón humano! “
Vemos en estos versículos que Dios está más interesado en la adoración de nuestros corazones que en nuestras acciones religiosas. Como sabemos por el profeta Isaías (véase Isaías 29:13), ¡es posible que hagamos todas las cosas correctas externamente mientras nuestros corazones están realmente lejos del Señor!
Para ponerlo en el contexto de hoy, ¡es posible que estemos súper involucrados en la iglesia, leamos nuestras biblias todos los días, oremos constantemente y aún tengamos corazones que están lejos de Dios! Dios no solo quiere nuestra obediencia en las acciones; obedecerlo en nuestros comportamientos es absolutamente esencial, pero si no lo obedecemos y nos acercamos a él desde el corazón, ¡entonces todo nuestro comportamiento religioso no tiene ningún valor!
Si adoramos a Dios en hipocresía, ya sea porque nuestras vidas no se alinean con Su Palabra o porque nuestros corazones están lejos de Él, nuestra adoración es en vano. ¡Debemos aprender a obedecerlo tanto en nuestras acciones como desde nuestros corazones!
Proverbios 15
15 La respuesta amable calma el enojo,
pero la agresiva echa leña al fuego.
2 La lengua de los sabios destila conocimiento;[a]
la boca de los necios escupe necedades.
3 Los ojos del Señor están en todo lugar,
vigilando a los buenos y a los malos.
4 La lengua que brinda alivio[b] es árbol de vida;
la lengua insidiosa deprime el espíritu.
5 El necio desdeña la corrección de su padre;
el que la acepta demuestra prudencia.
6 En la casa del justo hay gran abundancia;
en las ganancias del malvado, grandes problemas.
7 Los labios de los sabios esparcen conocimiento;
el corazón de los necios ni piensa en ello.
8 El Señor aborrece las ofrendas de los malvados,
pero se complace en la oración de los justos.
9 El Señor aborrece el camino de los malvados,
pero ama a quienes siguen la justicia.
10 Para el descarriado, disciplina severa;
para el que aborrece la corrección, la muerte.
11 Si ante el Señor están el sepulcro y la muerte,
¡cuánto más el corazón humano!
12 Al insolente no le gusta que lo corrijan,
ni busca la compañía de los sabios.
13 El corazón alegre se refleja en el rostro,
el corazón dolido deprime el espíritu.
14 El corazón entendido va tras el conocimiento;
la boca de los necios se nutre de tonterías.
15 Para el afligido todos los días son malos;
para el que es feliz todos son de fiesta.
16 Más vale tener poco, con temor del Señor,
que muchas riquezas con grandes angustias.
17 Más vale comer verduras sazonadas con amor
que un festín de carne[c] sazonada con odio.
18 El que es iracundo provoca contiendas;
el que es paciente las apacigua.
19 El camino del perezoso está plagado de espinas,
pero la senda del justo es como una calzada.
20 El hijo sabio alegra a su padre;
el hijo necio menosprecia a su madre.
21 Al necio le divierte su falta de juicio;
el entendido endereza sus propios pasos.
22 Cuando falta el consejo, fracasan los planes;
cuando abunda el consejo, prosperan.
23 Es muy grato dar la respuesta adecuada,
y más grato aún cuando es oportuna.
24 El sabio sube por el sendero de vida,
para librarse de caer en el sepulcro.
25 El Señor derriba la casa de los soberbios,
pero mantiene intactos los linderos de las viudas.
26 El Señor aborrece los planes de los malvados,
pero se complace en las palabras puras.
27 El ambicioso acarrea mal sobre su familia;
el que aborrece el soborno vivirá.
28 El corazón del justo medita sus respuestas,
pero la boca del malvado rebosa de maldad.
29 El Señor se mantiene lejos de los impíos,
pero escucha las oraciones de los justos.
30 Una mirada radiante alegra el corazón,
y las buenas noticias renuevan las fuerzas.[d]
31 El que atiende a la crítica edificante
habitará entre los sabios.
32 El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo;
el que la atiende gana entendimiento.
33 El temor del Señor imparte sabiduría;
la humildad precede a la honra.
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Junio 1 2020