Devocional por Stephanie Rogers
Hechos 26
Defensa de Pablo ante Agripa
26 Entonces Agripa dijo a Pablo: Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa:
2 Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos. 3 Mayormente porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos; por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
Vida anterior de Pablo
4 Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; 5 los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo. 6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; 7 promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. 8 ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?
Pablo el perseguidor
9 Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.
Pablo relata su conversión
(Hch. 9.1-19; 22.6-16)
12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, 13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Pablo obedece a la visión
19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. 22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: 23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
Pablo insta a Agripa a que crea
24 Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. 25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. 27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. 29 Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!
30 Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; 31 y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. 32 Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible
La vida de Pablo sirve como ejemplo de una fe audaz e inquebrantable frente a las dificultades y críticas por el bien del evangelio. En Hechos 26, proclama el evangelio con valentía, sin ocultar nada. Lo que más se destaca es la sencillez con la que Pablo da su testimonio, compartiendo claramente cómo era su vida antes de confiar en Jesús y experimentar su conversión.
Gálatas 2:20 revela la mentalidad y el corazón de Pablo cuando afirma: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”. Este sentir es evidente en sus acciones en Hechos 26. A pesar de enfrentar críticas, Pablo se mantiene firme en su compromiso de seguir a Jesús, sin mostrar consideración por la seguridad personal ni por las opiniones de los demás. El objetivo del discurso de Pablo no es salvarse a sí mismo sino guiar a quienes escuchan a Jesús. Si bien se concentra en compartir la verdad, es respetuoso y espera permiso para hablar, incluso cuando está injustamente detenido. En este pasaje, Pablo nos muestra cómo compartir nuestro testimonio en circunstancias difíciles.
¿Hay alguien en su círculo cercano que necesite escuchar cómo Jesús ha cambiado su vida y cómo Él puede cambiar la de ellos también?
Señor muéstrame a quien debo compartir lo grande que has sido conmigo en el nombre de Jesús. Amen
Me gusto esa parte: “A pesar de enfrentar críticas, Pablo se mantuvo firme en su compromiso de seguir a Jesús.” Dios nos ama y nos fortalece de tal manera que podemos entender que no hay nada mejor en la vida que seguirle y compartirlo con los demás. Ánimo, alguien será impactado por lo que Dios ha hecho en ti.
Me puedo relacionar, en varias situaciones siempre doy mi defensa o opinión en que la gente se identifique y diga es lo mismo que me pasa a mi; así soy yo o esto me pasa a mi también. Ahora se por que siempre lo hago por que Cristo vive en mi y El opera siempre de la misma forma.
Podemos entender que importante es el testificar e invitar a que conozcan al Señor JesuCristo y con nuestras actitudes y palabras ser embajadores de El …. Dios es Fiel Amén.
No podemos compartir efectivamente el Evangelio si no hubo una transformación en nuestras vidas. Un verdadero encuentro con Jesús significa una metamorfosis y eso es lo que Pablo está demostrando aquí. Pablo está preso pero la situación no le impide de llevar las Buenas Nuevas de salvación. Que ese sea un ejemplo a seguir para poder cumplir La Gran Comisión.
Dios nos transforme tanto que seamos esas Biblias reflejadas en nuestros actos y nos pregunten quién ha hecho esa obra en nosotros y decir Jesús lo hará contigo también