1 de mayo de 2020

El salmo 24 celebra a Dios, el Rey de la Gloria, y su santidad. Comienza relatando a Dios como hacedor, creador y dueño de todo, destacando la intervención Divina en todos los aspectos de la vida, desde las montañas más grandes hasta la molécula más pequeña.

¿Quién podría estar frente al Dios Santísimo? David reconoce que solo aquel que tiene manos limpias y un corazón puro, que no ha adorado a ídolos vanos ni jurado por dioses falsos, esa persona podría entrar al lugar santo.  Sin embargo, al mirar nuestra naturaleza pecaminosa, nos damos cuenta de que solo por el amor redentor de Cristo en la cruz, es que podemos estar ante el trono de la gracia y tenemos acceso directo al Padre Todopoderoso.

¡El Rey de la Gloria debe venir, y en la persona de Jesús hizo el último sacrificio para que podamos llegar a él!

Salmos 24

El rey de gloria
Salmo de David.

1 De Jehová es la tierra y su plenitud;
    El mundo, y los que en él habitan.

Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.

¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?

El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.

El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.

Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.

¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.

Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.

10 ¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria. Selah

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Dios, gracias por amarme y dar tu vida por mí. Hoy reconozco que tú eres más grande que cualquier problema o lucha que yo pueda estar viviendo. Quiero amarte y buscarte cada día más. Gracias por abrir el camino a través de Jesús. Examina mi corazón y ayúdame a reconocer si en el hay engaño, orgullo o cualquier otra cosa que no honre Tu Nombre Santo, y dame el valor para confesarlo y arrepentirme. ¡Eres el Rey de Gloria, el Señor de los ejércitos, ¡y hoy te exaltaré!

En el poderoso nombre de Jesús, amén.

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